domingo, 29 de abril de 2012

Cuando uno va de bares aquí en España lo normal es acompañar la caña con una tapa o pincho.
La nueva cocina hace que estos pequeños aperitivos sean cada vez más vangüardistas y curiosos en cuando a diseño, pues quizás el sabor nos resulte familiar al de alguna tapa más "veterana ".

Pero a lo que quiero llegar, es que si alguien entiende de montaditos y tapas ese es mi santo, y no, no estoy casada ni con Arzak o Arguiñano, es que mi señor, se monta unos pinchos la mar de raros, que igual te mezcla una gamba con ternera, que una patata frita con un pimiento y una raba de calamar. Todo sobre una rebanada de pan, con cualquier salsa que tenga a mano. Y una vez coloca todo sobre el pan, engulle el montadito como si se fuera a terminar el mundo.

Ni que decir tiene que mientras el se lo monta bien comiendo, yo me he podido comer tranquilamente el segundo plato de la comida.

Da gusto verlo comer, con parsimonia, midiendo todos los trozos para que sean del mismo tamaño y se quede todo bien agrupado en el pan o pinchado en el tenedor.

Yo me rio, sobretodo cuando tiene todo bien colocado y al ir a comerlo se le desmonta todo sobre el plato y tiene que volver a empezar. Pero me lo paso bien comiendo con él, aunque yo tenga prohibido el pan y muchos de los ingredientes de los montaditos.

viernes, 27 de abril de 2012

Yo sufro, tu sufres, ell@s sufren.

Cuando te tratan de cancer, te enfrentas a una enfermedad grave, y que su curación pasa por una larga baja. Pero no solo sufre la enfermedad el paciente, sino todas las personas que te quieren y te rodean, especialmente la que vive contigo.

Esta semana me ha tocado la segunda tanda de "quimio". Primero te hacen análisis de sangre, y como por todos es sabido se debe de ir en ayunas, hasta que te extraen la sangre. El problema vino, porque el martes estábamos el doble de pacientes, para extraernos sangre, porque el lunes fue fiesta, San Jorge, y claro es muy fácil perder los nervios, ver como avanzan los minutos del reloj, todavía estamos esperando y que pronto tienes consulta con el especialista, y sigues allí esperando en ayunas.
Los propios pacientes que llevan más rato esperando comienzan a perder los nervios, y no dudan en echarte en cara que los papeles no los has puesto al final, que todos llevamos un orden y hay que respetarlo. Hablando se entiende la gente, explicamos que habíamos movido los papeles, pero los habíamos puesto al final, y esperármos a que nos llamaran. E igual que nos señalaron con el dedo, después nos pidieron disculpas.

Todos debemos entender, que el personal sanitario es el mismo, seamos 15 personas, seamos 45 personas, por poner un número, para extraernos sangre, tras un día de fiesta.
Al ser la segunda vez que me ponían sesión de "quimio", tras la visita con el especialista, pedir cita para la próxima revisión, fui a la sala donde nos ponen la quimio para pedir hora, a las 14:30, vuelves comido.

Vete a casa, mientras uno prepara la comida, otro prepara la mesa, y lo que te llevarás por la tarde, para hacer un poco más amena la "larga tarde". Llegamos a la hora citada, la enfermera la misma que me había dado anteriormente la hora, estaba bastante estresada, pero no creo que la disculpara de despachar a mi acompañante, que le tenía que pedir una medicación para mi, pero como llegaba el cambio de turno, ya le dije vete y vuelve a las 15:30, que esta enfermera ya no estará.
Yo ya con el gotero puesto, oía como le explicaba que habían estado desbordados por la mañana, que no habían podido localizar a algunos pacientes para cambiarles el día. Así que a todos los pacientes les fueron administrando sus goteros, o en otra sala, o en una habitación, unos minutos más tarde.

Conforme avanzaba la tarde, los pacientes que terminaban con su sesión se iban, quedánse vacía esa misma sala, que solo 3 horas antes estaba más llena que un camarote en una película de los hermanos Marx.
De hecho a la enfermera de la tarde, no le importó que a última hora, hubiera algún acompañante en la sala.
Yo como paciente no tengo ninguna queja del trato profesional que se me está dando por parte de los diferentes enfermeros y médicos que me estan tratado, pero como en todos los trabajos, hay algun@s que con sus contestaciones y forma de tratar al paciente, dejan un mal sabor de boca, ante todo al que nos acompaña, que son la mayoría y los que más sufren la enfermedad de la persona querida.

miércoles, 25 de abril de 2012

Tenemos que tratar con educacion a los pacientes

Humanidad. Eso quiero en los centros médicos. Y que yo sepa eso es gratis y no entiende de recortes.
Ayer estuve todo el día en un hospital, acompañando a mi santo a ponerse su gotero de quimio. El segundo ya.

Las enfermeras no eran las mismas de la otra vez, y había una con muy malas pulgas. Nada más llegar ya me dijo que yo no me podía quedar en la sala con mi novio ni dos minutos. Oiga márchese de aqui que me estorba y me esta poniendo histérica. Y me marché a la sala de espera.

Cuando cambiaron de turno a las tres y media volví a la sala para hacer unas preguntas a la enfermera que estaba entonces. Mucho mejor esta vez pues incluso me dejaron una silla para estar con mi chico una hora.

Se pueden entender los nervios por la cantidad de gente que había ayer en el hospital, pues el lunes fue fiesta en Zaragoza y tenían que tratarse las personas del lunes y las del martes, pero el personal de una unidad de oncología debería ser más humano por encima de cualquier circunstancia.

Hoy hemos ido al centro de salud, a ponerse mi santo unas inyecciones, y ya le hemos recordado a la sustituta de nuestra enfermera que el lunes tengo que ir yo a pesarme, para controlar mi dieta. Y muy amablemente me ha dicho la señora que "hay que asumir que algunas nacen estupendas y no se engordan nunca y otras sois gordas y no podeis hacer nada".  Si te mareas por la calle porque pasas hambre me metes a un bar y te tomas una cocacola cero. (Que no me financia la Seguridad Social). Toma ya contestación.

Así que estoy negra, a punto de comerme a una enfermera, que no tenga alto el azúcar, por aquello de las calorías, y mientras le daremos a mi chico buenos pasteles para que se le haga la vida un poco más dulce.




domingo, 22 de abril de 2012

Del copago y otras cosas

Yo creo en la sanidad, porque no me queda otro remedio, pero nada más. Creo porque te curan a base de porquerías de colores, y algunos profesionales son muy humanos.

Pero, jopetas, tiene sus cosas complejas, cosas que no entiendo, porque lo que se de medicina me lo va enseñando la vida las experiencias.

No entiendo porque tengo yo que pagar 10 euros para tener una copia de una prueba que me hicieron,. Estamos de acuerdo que fue en una clínica privada.
Pero yo fui allí porque me mandó un hospital de la sanidad pública que está saturado. Así que creo que si quiero una copia de mis resultados me la tiene que dar el hospital y gratis, nada de pagar. Veremos haber si soy capaz de conseguirla por cero euros que tal como está la vida con diez euros lleno media nevera.

Otro tema ya es lo del copago de las recetas. Lo veo bien por dos razones, una para que los pensionistas no lleven las recetas de 20 en 20 a las farmacias y dos porque me pareció leer que los parados no pagaremos los medicamentos mientras estemos en paro jeje casi no me lo puedo creer, algo que nos favorece.  Es que yo estoy en paro y tomo medicamentos, no termalgines no señor, pastillicas para dormir, y para las contracturas de mi cuello.


Así que los pensionistas que cobren una pensión decente, que algunos tienen más pensión que lo que cobra mi santo, pues que apoquinen sus medicinas como todo Dios. Aquí las cosas, como en casi todo debería por por varemos, por tramos de ingresos, y a razón de lo que ganes pagar más o menos o recibir más o menos. Y no que unos tienen demasiado y otros nada.

Y bueno, en fin, que quiero mis papeles gratis y mis pastillicas baratas que ya está bien de gastarme lo que no tengo.
Y eso sí, que los médicos humanos y buenas personas sigan atendiéndonos como hasta ahora, y nos hagan salir de la consulta con una sonrisa en la boca.


miércoles, 11 de abril de 2012

La pareja de hecho, un paripé casi desecho.


Hoy hemos ido mi santo y yo a inscribirnos al registro de parejas de hecho en Zaragoza. La verdad es que hemos salido un poco decepcionados.

Teníamos cita a las 10 de la mañana. Pero como hemos llegado antes de hora, hemos subido a la sala antes de tiempo haber si nos podían pasar antes.

Nos han dicho que no, que hasta más de las 10 no podían, porque la pareja que iba antes que nosotros no había llegado, e iban con retraso, y nos han mandado a la calle.

En la calle no hemos visto entrar a ninguna pareja, lo cual nos hacía sospechar de que se nos querían quitar de allí los funcionarios.
Hemos vuelto a subir pasadas las 10, y para nuestra sorpresa la sala estaba vacía. Así que vuelta a esperar nosotros dos, y nuestros hermanos que hacían las veces de testigos. Los cuatro sentados en un pasillo estrecho, viendo a una docena funcionarios sin hacer nada, y con la salita vacía, bueno con otras dos funcionarios sentadas delante del ordenador, esperando no se a que.

Nos llaman pasadas las 10:20, a los dos novios, nos mandan sentar en unas sillas bastante alejadas de la mesa y nos piden todos los papeles.
Ya nos pone pegas la señora con la fotocopia del DNI, que si se veía bien que si no, porque si no se veía no se podía hacer nada. La funcionaria un poco imbécil y despeinada, nos tantea con la copia y yo nerviosica perdida, porque la copia se veía bien, pero pensaba que no le servía a la buena señora.
Mi padre, que también había subido a la sala, ha entrado a debatir con la funcionaria, "oiga haga si quiere una copia nueva que tienen ustedes dos máquinas copiadoras en mitad del pasillo" se ha dicho. Y punto.

Bueno la señora, que por cierto no se ha movido de la silla ni para darnos la mano, gesto ausente en todo momento, ha revisado todo, lo ha grapado y ha hecho pasar a los testigos. Les ha hecho firmar como que nos conocían y que sabían que llevábamos nosotros dos años de conviviencia común, fiándose así de cualquier cosa, porque solo ha sido firmar como digo, no les han preguntado nada de nada, y yo tenía entendido que les hacían alguna pregunta para confirmar que en verdad vivimos mi santo y yo en la misma casa.

Para esto me llevo a dos personas de la calle, y nadie tiene que pedir permisos laborales para echar una firma...

Una vez que han firmado nuestros hermanos, nos ha dado la funcionaria todo el taco de papeles que le hemos entregado, para que nosotros los llevemos al Registro que está 14 escaleras más arriba de su despacho. Y ya nos ha dejado marchar, más bien nos ha pedido que nos fuéramos ya. Como si se le enfriara el café de las 11.

En el Registro... en fin, hemos dejado los papeles y ya está. Oiga, he dicho a esta nueva funcionaria, ¿y yo no me quedo ninguna copia de lo que aquí ha acontecido para que me quede constancia del acto? Se pueden quedar un papel calco, donde consta que han depositado la documentación. Un papel que no tiene apenas validez.

Ahora tenemos que esperar casi dos meses a que nos llegue el papel de verdad, el que vale para todos los efectos. Que esa es otra, ¿por qué dos meses? ¿Es que con todos los funcionarios que había parados allí no pueden hacerlo antes? En fin, penoso por muchas razones. Por la impuntualidad, por la frialdad, por el trato... por el tiempo que transcurre, (un mes desde que pedimos cita hasta hoy, y dos meses desde hoy hasta tener el certificado válido)...

Hemos salido decepcionados por lo mal que funciona este departamento de la DGA, porque esperábamos otra cosa. Yo desde este humilde blog, recomiendo una boda, aunque sea civil, que está mejor visto, más preparado y otorga más derechos, y una boda siempre es una cosa más seria. Haber cuando mi santo se pone de rodillas en el pasillo de casa con un pedrusco de oro y me pide... un beso.