Parcela 7

Estoy en este momento que no entro dentro de la camisa. Llena de nervios, de dudas y de miedos, con las ganas de ensartar en un llavero las llaves de mi nuevo hogar.

He estado esperando muchos meses, casi tantos que he perdido la cuenta pero más o menos unos 7 meses, esperando como decía la entrega de las llaves que crearán una nueva vida para mi.

No sé cuantas llamadas de teléfono, he realizado ni cuantas veces he ido a la Delegación de Vivienda, o cuantas tardes he ido a la puerta de mi casa a mirar cual era mi ventana.
Desde que las casas se deshabitaron, después de la Expo, lo nuestro ha sido cuestión de esperar.

Esa calle ahora casi vacia, con huecos para aparcar, me ha visto comerme varias tartas en las ocasiones especiales, y espero que este 29 de mayo, (fecha especial donde las haya), pueda comerme la tarta dentro, en una mesa que pueda pedir prestada, con unas velas y unas latas de fanta.

No veo la hora de estar allí dentro y apenas falta un día para hacer realidad un sueño que Ave y yo perseguíamos hace algún tiempo.

Dejaremos atrás los "lujos", de irnos a cenar, de tener internet, de tener servicio de cocina, de plancha y nos olvidaremos de descansar.
Pero ganaremos en otras cosas.

El día que tenga todo instalado, que pueda dormir una siesta en mi sofá, y ver mi tele, fregar mis cacharros... sentiré que algo de la expo, quizás el mejor regalo de todos, quedará para siempre en mi vida.