Por fin nos fuimos a Madrid, en el AVE, como señores. Con unas malets llenas de ropa de ilusión.
Vimos lo previsto y lo que nos apetecía en el tiempo que nos sobró, desayunamos unas porras y unos churros mojados en chocolate y saltamos vallas amarillas de las de obras.
Sol, Atocha, la Puerta de Alcalá, el Retiro, Cibeles, Serrano, Bernabeu, Palacio Real, La Almudena, Las Torres Kio, La Castellana, El Reina Sofía, calles, anchas y estrechas, torres de oficinas, señores de traje y señoritas ligeras de ropa, La Vaguada y escaleras en el metro.
Andamos en tres días 56 kilómetros. Llevamos al Avelino al Mc Donalds y sacamos 220 fotos.
Nos quedamos con ganas de mas ciudad, y con ganas de viajar a otro lugar en las próximas vacaciones.
Nos cansamos, disfrutamos, soñamos y nos empapamos de Madrid y de la lluvia que nos acompañó los tres días.
Dentro de cinco años volveremos con el carro de los nenes, y con las cosas que no vimos en una lista.
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