La enfermedad de Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza en su forma típica por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian. La enfermedad suele tener una duración media aproximada de 10-12 años, aunque esto puede variar.
Es una enfermedad de la que nadie está libre, y que nunca avisa cuando llega ni te dice cuando se irá. Cuando se vaya, tú te irás con ella, pues tristemente habrá sido tu compañera de vida en los últmos años.
Poco a poco te hará olvidar lo que hiciste el día anterior, el nombre de tu mujer y tus hijos, y no recordarás ni siquiera quién son.
Es lo triste de todo, que poco a poco te va destruyendo y tú dejas de tener consciencia de las cosas, dejando el sufrimiento para los pocos que quedan vivos, viendo como a poco te apagas.
A veces descubres que quien aparece por la puerta de casa es tu hijo al que hace tres años que no reconoces y adivinas entre balbuceos su nombre. El hijo aquel que aguanta como el resto como poco a poco se te apaga la vida. Despacito y sin que por suerte tu lo sepas.
Así es el alzheimer, duro y cruel como la vida misma que él te quita.
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