Hoy es una realidad que nunca volveré a pisar tu arena, o que nunca oiré las láminas de ese somier cuando duerma.
Atrás quedan trece veranos en aquel piso acogedor situado frente a la mejor playa de Cambrils.
Atrás quedan las cabalgatas de Reyes, las tardes estudiando mapas de geografía, las Noches de San Juan, y el olor a sal de aquella playa en la que tantas veces me he "bañado" en arena.
Eres el ejemplo que demuestra que cuando algo ya se pierde, es cuando más se echa de menos, porque ahora que ya no puedo ir a visitarte es cuando más querría ir.
La última vez que pisé aquella arena, caía un aguacero tremendo y achiqué varios pozales de agua para no salir nadando de allí, y dejé todo en orden, arrancamos el coche del garaje y te dejamos atrás entre lágrimas. Para no variar.
Algún día volveré a pasear por tus calles, por el puerto, por el parque, y pararemos a degustar una buena fideuá de las de antaño.
Cambrils siempre me guardará un hueco bajo el pino centenario, lo se, siempre me estará esperando, pues Los Bonanza, Los Layes, el Super T, los barcos portuarios... siempre serán parte de mí vida, de nuestra vida.
Volveré algún día.
1 comentario:
Mirando la foto, en la que vimos a unos recien casados, que les estaban sacando "sus fotos", me viene a la mente, las cortas vacaciones que te pude brindar en ese lugar, en esa playa.
Nos invade la nostalgia, las ganas de volver, pero lo que vivimos esos días en esa playa, nos ha servido para crecer como pareja.
No sé cuando volveremos, pero los dos estamos seguros, que algún día que podamos, nos volveremos a dejar caer por esas calles, esa fina arena de la playa, a ese lugar, tan "familiar" para nosotros.
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