lunes, 6 de abril de 2009

El dolor de la Madre


El dolor de la Madre de Dios, nada tiene que ver con cualquier otro dolor.
Cualquiera de sus siete dolores son más hondos que ninguno.

Ayer, en cinco horas de procesión por las calles de Zaragoza, la Real Cofradía del Prendimiento, predicó los Dolores de la Virgen durante el Calvario de Jesús.

Fue una procesión, emotiva y eterna.Recorrido por el centro de Zaragoza, de Colegio a Colegio, y con siete paradas y un toque de carrillón en la Plaza de España desconocido para mí.

La nueva peana del Cristo de Daroca, procesionaba a paso lento por el centro zaragozano, a hombros de 8 cofrades, y acompañada del piquete.

Y detrás la Dolorosa las mantillas, las representaciones y por fin, la sección de instrumentos donde va mi propio Jesús que no tiene otra penitencia que la larga caminata, que hacer un buen toque final, y que se inunda de emoción cuando, durante el trayecto, se encuentra con el amor que le derrama unas lágrimas de emoción.

El calor era sofocante y eso hace aun más pesada la marcha.

Un año más me habeis emocionado, me has emocionado, detenido a mi altura, con los ojos llorosos ambos, cuando los capirotes se alzan al viento terminada la procesión y tu y yo nos encontramos y nos fundimos en un abrazo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,

Me encanta el post. Con mucho sentimiento, como viene siendo habitual.

Un fuerte abrazo de N. ;)