El pasado que quiero olvidar

Nunca pensé que podría extrañar tanto a las cosas que nunca quise, o que nunca deseé tener y un día aparecieron en mi vida.

Nunca creí que una llamada de teléfono, me hiciera llorar tanto, pero en horas bajas cualquier cosa sirve para aflorar sentimientos que pensaba ya olvidados.

Junio no me gusta. Odio este mes por muchas razones, que ya nombré en este blog una vez.

Y se me hace tan largo cada uno de sus días que no veo el momento de cerrar los ojos para que llegue otro día.

Si al menos yo supiera que mis lágrimas son producto de una razón las entendería, pero son más bien causa de una sinrazón, y por más que intento tragármelas, y pensar en otras cosas, no puedo.

Me gustaría ser mejor de lo que soy, poder satisfacer a todo el mundo, rodearme de aquellos que me quieren, viajar y recordar tiempos pasados.
Sé que los que se fueron, no van a volver, y que los que se quedaron siempre han estado ahí.
No hay amanecer en que no mire al cielo, ni tarde en que no me acuerde de tí.

No hay minutos para contar todo lo que siento, ni papel para escribirlo.
Por eso me quedo con el recuerdo, y cuando nadie me ve, dejo mi alma al descubierto y pienso en todo y en todos.