Hay muchas maneras de animar un partido de fútbol, cantando, pegando gritos, con un par de bombos, o aplaudiendo, pero siempre está el gracioso que se lleva un instrumento que resuene por encima de todos los demás.
La dichosa vuvuzela o como quiera que se escriba eso, es molesta hasta decir basta y podría definirse como la sustituta de las antiguas bocinas y ahora nos la llevamos a cualquier deporte.
Incluso si se hacen sonar varias trompetas de esas a la vez pueden imitar bastante bien el ruido de un avión.
La sacamos a la calle para calentar motores antes del partido, y luego a usamos para celebrar la euforia de haber ganado.
Antes no sé muy bien donde se conseguían, pero ahora nos basta con ir a las ferias de las fiestas de nuestro barrio, para que el feriante de la tómbola te obsequie con una cosa de esas y animes la fiesta a todo el personal.
Anoche hablaba yo con mi padre y por el teléfono oía una vuvuzela de fondo pasadas las 11 de la noche, pero como España ganó el partido y estaban en fiestas pues todo vale y a cualquier hora.
De todos modos entre la vuvuzela a las 11 de la noche y unos petardos debajo de casa a la una y media de la mañana no se que me molesta más.
2 comentarios:
la culpa la tienen los padres, que son las que las compran. Pero me gustaría verlos en casa cuando estén durmiendo la siesta y le de al hijo por tocarla,¡que se jodan los padres!
Tranquila, que ahora el pulpo Paúl, sustituye a las vuvuzelas en popularidad. Ya estamos esperando haber que equipo gana el mundial. Pero antes tendrá que decir si gana Alemania o Uruguay, en la lucha por la 3ª y 4ª plaza.
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