martes, 28 de febrero de 2012

Precaución amigo conductor


Esta mañana he terminado estresado de conducir por el barrio, que habitualmente transito.
No era hora punta, todavía no eran las 12:00. Puedo parecer un poco exagerado, pero la verdad que te llegas a cansar de ver unos cuantos peatones, por diferentes calles de la ciudad pasando por mitad de la calle, cosa que todo el mundo hacemos sin excepción, o asomando entre dos coches aparcados, por no ir al semáforo o al paso de peatones que hay o unos metros más adelante, o unos metros detrás.

Es una mala costumbre que tenemos todos como peatones, porque vamos deprisa a todos los sitios, o simplemente tenemos prisa, y por no pasar por el paso de peatones, o esperar a que se ponga el semáforo en rojo para los vehículos, si vemos un coche un poco lejos, pues pasamos, echando una ligera carrerita, la misma que haces cuando ves que viene el autobús y lo vas a perder.

Gente de todas las edades, sexo, religión... van con su carro de la compra, con su mochila al hombro, con su bastón, o haciendo footing, o simplemente paseando por la acera, los ves que buscan el hueco entre los coches aparcados, bajan a la carretera asoman la cabeza y se disponen a cruzar de acera, con una ligera carrera, en un par de zancadas, andando más rápido de lo habitual, o simplemente caminando, a su paso habitual, llegan a la acera de enfrente, antes de que llegue el vehículo, continúan su trayecto hasta que se encuentran frente a un paso de peatones listos y dispuestos a pasar, siempre y cuando el vehículo que viene para y amablemente les indica que pueden pasar.

Como conductor, sabes cuales son tus obligaciones, pero ese mismo conductor es el que después no respeta al peatón que está esperando poder pasar en un paso de peatones, porque ves verde el semáforo que está varios metros más adelante, sin contar los semáforos en rojo que cuando han pasado dicen estar en ámbar, o las señales de stop que se convierten en ceda el paso, en el mejor de los casos.

1 comentario:

Ajovin dijo...

Hemos entrado en el punto en el que también los peatones debemos tener responsabilidad de nuestros actos y ser reprendidos por la autoridad.
A veces como peatones, cometemos barbaridades que ponen en peligro nuestra integridad.