Al espectáculo de luz y sonido se sumó hasta la diplomática de la Expo, que jugó como el resto con la linterna proporcionada por la organización. Los cañones de luz hacían lo propio con el público. Las letras del agua, ZH20, se reflejaban en el gigantesco barco de papel situado junto al escenario, en el que se pudieron ver los nuevos vídeos de la candidatura entre las actuaciones de Distrito 15 y La Oreja de Van Gogh.
Así se hablaba el 7 de mayo de 2004 de la fiesta del voluntario Expo 2008, cuando la Expo era para los zaragozanos un sueño aun por conseguir.
En ese concierto, descubrí un amigo, que entonces era solo una ilusión.
La piedra de los asientos del albero zaragozano se hacía fria. Pero el desgañite de cuerdas vocales que tuve aquella noche me hizo sudar la gota gorda.
Fueron dos horas de concierto, con las canciones de La Oreja de Van Goth, grupo recién disuelto, pero que desde entonces se convirtió en mi grupo de cabecera.
Aquella noche canté mientras el cielo se llenaba de estrellas, quise robarle un beso a mi Ave, mientras sonaban los acordes de "Cuéntame al oido" pero él creo que no era momento.
Aquella noche él se enamoró de mí y yo un poco más de él, y eso nos llevó semanas después a ser pareja seria, pareja de novios, no de amigos.
Cuantas tardes habremos recordado aquel momento en el que todo comenzó para nosotros.
Hoy exactamente cuatro años después la Expo es en Ranillas un hecho lleno de andamios, un acontecimiento que me dará la opción de volver a trabajar.
Cuatro años después nosotros no somos los mismos, pero somos mejores, porque nos hemos mejorado mutuamente.
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