Seis días de trabajo, y el domingo inventario con madrugón, 7 horas extras que hacen crecer la nómina.
Lunes con escasez de personal, porque muchos emigran a la playa o al pueblo. Otros con días extras de esos que acumulan a puñados. Lunes para llenar los estantes de leche, cuatro camiones uno detrás de otro para tí solo. Y mientras yo llamándote a las 2.
El martes todo en orden, que llega el superior a mirar que todo está en su sitio, y sin que lo sepas ahora creo que también a mirar como trabajas.
Avanza la semana, miércoles de madrugón, con tres horas extras acumuladas a la espalda, cita con la plana mayor, que ya que viene de visita a Valdespartera viene a veros la cara. Así que teneis que estar todos en posición de firmes, repeinaos, como de boda, pero con uniforme.
Y hoy que ya es jueves esperas que sea un día relajado, y te encuentras al llegar con los auditores que van a sacarte faltas. Aunque cada vez es más difícil encontrarlas.
No quiero llevarte la cuenta de la horas de más que llevas este año, pero creo que dan para una semana de vacaciones.
Intentaré este fin de semana relajarte, sacarte la esencia que llevas dentro para que se me quede algo de tí y me enseñes a ver la vida de otra manera.
Porque quiero aprender a quererte, aprender a ser feliz a tu lado y ser la niña que un día me pediste que fuera. Aunque no puedo ya ser como era antes.
Yo de mayor quisiera tener tu suerte.
1 comentario:
La mejor suerte es la que se busca.
La mayor suerte es la que se consigue después de un fuerte trabajo
La suerte más duradera es la que se tiene después de plantar cara con dos bemoles a lo que cada uno tiene y con ello empieza a andar caminos.
Si no se andan caminos, es imposible encontrar suertes de las que se esconden tras los arbustos, de las que se reparten en la posadas.
Escondido en casa uno no se moja, pero la suerte no llama a la puerta. Hauq que salir a buscarla, haga frío o calor, esté lloviendo o tronando.
La suerte nos tiene que pillar preparados y recién duchados
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