Ayer estuve viendo un poco la tele después de llegar a casa.
Me sorprendió en medio de ese revuelto de programas de los viernes, un programa que muestra la realidad tal cual es.
21 días.
Un buenísimo trabajo de gran dureza.
Someterse 21 días a situaciones de la vida cotidiana, a situaciones que quizás nunca imaginaríamos vivir.
Ayer el programa trataba de mostrar como viven los más desfavorecidos, aquellos que un día lo tuvieron todo, y hoy duermen entre cartones, en asilos de beneficencia o en coches abandonados. Igual que un mendigo más, la periodista pasó 21 días comiendo de las basuras, durmiendo entre cartones, sola, en un Madrid helador.
Son escenas que nos salpican en las calles y plazas de cualquier ciudad. La pobreza no entiende de naciones ni de sexos. Entiende que no hay para comer, que perdimos todo en una mala racha.
Ahora con la crisis cada vez más gente está con mala época.
Sin trabajo, sin casa, sin dinero, y con unos hijos a los que dar de comer.
Sin duda como he dicho un gran trabajo.
Una lástima que estos programas se emitan a las 11 de la noche.
Los próximos días, tratarán sobre trastornos alimenticios. 21 días sin comer, dijo ayer que estaría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario