Anoche me estaba despidiendo de ti, mi niño. Anoche pusimos la radio del coche y mi voz hacía los coros de una canción de Camilla.
Sé que mi voz te hace recordar, más aun cuando se pone a cantar y te mira a los ojos.
Anoche sabíamos que tardaríamos en vernos de nuevo y cada vez nos cuesta más decir adiós. ¿¿Será que nos queremos aunque sea poco??
Yo cerré los ojos un instante, parece que si olvido que me miras y estás ahí, me sale más clara la voz, desde el fondo.
Acabó la canción, y abrí los ojos para mirarte, para decirte que te quería, aunque sé que no tienes dudas al respecto.
Te brillaban los ojos, se resbalaba una lágrima por tu rostro, no quise secarla, esta vez no. Pero sé que era una lágrima sentida. Te duele un adiós como a mí me duele el alma.
Pero no olvides mi vida, que la distancia, puede fortalecer nuestra historia, aprender a echarnos de menos, aunque no queramos, las distancias pueden ser insalvables, y pueden acortarse.
Sólo es cuestión de ganas.
SOLO TU SOLAMENTE QUIERO QUE SEAS TU PONGO EN TUS MANOS MI DESTINO PORQUE VIVO PARA ESTAR SIEMPRE CONTIGO AMOR
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