Ir de médicos con mi santo está bien, porque el chico pues antes de su enfermedad, no sabía casi lo que era que cada mes tuviera que verte un especialista.
Además la suerte es que en este caso suyo, los médicos han actuado bien desde el minuto cero y me lo han dejado nuevo casi a estrenar y gracias a la rapidez de los médicos y a la fuerza de mi santo hemos erradicado un jodido linfoma que esperemos ya no vuelva nunca.
Sin embargo yo.... llevo años, por no decir décadas, con unos mareos de vértigo, hay temporadas peores y otras que estoy de lujo.

Ahora entre todos, están intentando buscar una respuesta a porqué me mareo más de lo normal, ahora que yo solita he aprendido a controlar casi la ansiedad. La verdad es que algunas pruebas me asustan sobremanera por lo doloroso de las mismas, otras como las radiografías pues bueno no vienen mal para ver como está una por dentro.
Pero tiene razón mi señor padre cuando dice que si te acudes a un médico entras en una espiral de la que cuesta salir.
Bueno, ayer resonancia, hoy análisis de seis tubos de sangre y una prueba del oido con un nombre raro, donde me han puesto unas gafas y me han metido aire frio y caliente por los oidos. Han dado con parte del invento, tengo un oido lesionado, por eso no oigo a mi santo a veces ni algunas cosas de las que me dicen jeje.
Me canso de ir en ayunas a las pruebas aunque tengo reservas para dar y tomar, y de explicar a todos lo mismo.
Yo creo que lo mejor para curarme es que me toque la loteria y fugarme con mi santo y el ipod a una isla desierta. Verían los médicos si me curaba, en dos días como mucho.