martes, 28 de julio de 2009

Una escapadita

Cuando todo el mundo llena las estaciones de tren de maletas porque se va o porque vuelve de vacaciones, cuando salen por la tele, las playas de media España llenas de guiris y de los propios del pais, con la tortilla de patatas, la cañita y el transistor, tú lo primero que quieres es coger el montante y largarte al primer pueblo de la carretera.

¡Qué agobio de ciudad por Dios!, y cuanto calor estamos pasando este veranito.

Tú ves alrededor a gente que no sabes si es pariente de Antonio Machín o es que se ha tostado vuelta y vuelta en Marbella.

Ayer, ni viendo las fotos de hace dos veranos nos conseguimos quitar el mono de vacaciones que tenemos Ave y yo. Al contrario, nos quedamos con las ganas de volver, pero no hay "money".

Haber si esta tarde, el cuerpo me da un respiro, y me escapo a la piscina municipal a hacer unos largos y a coger un poco de color, que estoy más blanca que las paredes de mi casa.

jueves, 23 de julio de 2009

Vida

Ya echaba yo de menos eso de ponerme a escribir en un blog. En mi blog. Señor, que dura es ola vida sin internet. Una se acostumbra a una serie de cosas, y llega a un punto que no sabe vivir sin ellas.

También me voy dando cuenta de que el amor a veces tiene fecha de caducidad y que con los años sólo nos sirve para vivir de los recuerdos que un día nos dejó.
Pobres de aquellos que pasaron sus bodas de plata separados!!!!
Aunque no es de extrañar cuando muchos años han vivido ese día desde la distancia.

No sé aún cuanto daño puede hacer el amor, ni cuanto nos puede hacer disfrutar, pero estoy segura de que da más ocasiones para disfrutar que para otra cosa.

En fin, no me da para más el rato de estancia en este mí ordenador, así que me retiro a mis calurosos aposentos, donde en estos días de calor, hemos visto marcar 45 grados al sol.

A la próxima visita que te haga te hablaré de sueños y de otras historias que la vida me produce lejos del que durante muchos años fue mi hogar.

domingo, 12 de julio de 2009

Si no quieren verte


Volver una foto de espaldas, quitarla del marco y esconderla, romperla o esconderla en un cajón, son gestos que significan que no quieres ver a la persona de la misma o que ya no la quieres, no la aprecias o no te importa.

Es complicado reaccionar cuando llegas a una casa donde hay fotos tuyas y ves que tu cara no se ve por ninguna parte.

Lo que se siente es una mezcla entre rabia y malestar y te sobreviene la cabeza la idea de que algo has hecho para que esto suceda.

Sólo sé que aquella persona que puso mi foto del revés no ha conseguido borrarme de su vida, porque le guste o no soy parte de ella, por mucho que ya no quiera verme y se haya olvidado de mi existencia.

lunes, 6 de julio de 2009

Salvar la distancia

Ya se que en los últimos días tengo el blog alhgo abandonado. Y es que visito poco mi mac por falta de tiempo.

Mi casa queda lejos de la suya y cuando llego a la casa del ordenador, me dedico a mi madre que vive también en esa casa.

Estar en el hogar familiar es ahora diferente a hace un mes, porque ahora vengo de visita, a llevarme poco a poco mis cuatro cosas, y a ver que la gente sigue por aquí viva sin desfallecer.

Me gusta coger el C3 y venir a la urbe, ver el centro, las tiendas, la gente... todo es diferente.

Y cuando llega la hora de partir con la bolsa a cuestas, me cuesta cerrar la puerta, aun sabiendo que mañana volveré.
Me cuesta cerrar la puerta, porque no quiero ver llorar a nadie tras mis pasos, ni como el perro araña la puerta pidiendome que vuelva a casa.

No quiero irme sin asegurarme de que todo estará en su sitio cuando venga otra vez.

No quiero lágrimas en mi despedida, estaré bien en mi nuevo hogar, aunque lejos de la familia, pero bien al fin y al cabo.

Sólo si tú, si él, si ella si mi acompañante actual d vida, estais bien, soy capaz de sonreir definitivamente.

Las distancias son salvables si se quiere, y no hay camino largo que recorrer si lo que aguarda a la llegada es un deseo, es un beso perruno o un abrazo materno.