domingo, 30 de noviembre de 2008

1650 días

Cuatro años y medio, 54 meses y aproximadamente 1650 días juntos, luchando contra todo y contra todos, menos contra esta crisis acuciante.

No puedo calcular cuantos besos hemos lanzado al aire ni cuantas promesas habremos hecho y dejado sin cumplir.
Cuantas lágrimas nos habremos restregado por la cara o cuantas discusiones hemos tenido.

Mejor no acordarnos de eso.

Mejor pensar en el hoy y en el mañana, en esa casa que nos está esperando en algún lugar, en ese trabajo que nunca llega, y en algún día me vestiré de blanco.

Prefiero recordar aquellas partidas de dardos que me dieron en el corazón, aquellas tardes esperando, aquella plaza céntrica llena de palomicas y de señores mayores, donde fuimos a querernos la primera vez.

Anoche, no pude contarte al oido que te quería, pero te quiero, no lloré pero tampoco me hizo falta. Volvimos a nuestra taberna, a nuestra mesa del rincón, donde todo comenzó, a pedirme la misma tónica aunque sin cacahuetes y a cogernos de la mano como entonces. Volvieron tus besos a saberme a miel y nos quitamos el frío abrazados bajo la misma luna.

Cuatro años y medio después de que todo comenzara me quedó claro que nos queremos.

martes, 25 de noviembre de 2008

Soy mujer

Soy como tú
tengo mis sueños,
mis ilusiones
tengo mi vida contigo,
también sin tí.

Me tiembla todo
cuando te veo, y te oigo
cuando se alzan tus manos y tu voz
mientras los niños duermen.

Tengo dos ojos para verte
rojos de llorar de día,
morados de tu violencia
cada noche cuando llegas.

Tengo dos piernas
para salir corriendo
de estas paredes
que son mi infierno.

Tengo mi voz para decirte
que soy fuerte, dura,
que ya tus golpes no me duelen
que soy mujer y que tal vez
un día lejano, nos quisimos.

Día Internacional contra la violencia de género

domingo, 16 de noviembre de 2008

Los sábados en un hiper

Ayer trabajando me dolía la cabeza, y las muelas, y los pies después de seis horas. Llevaba un mareo de vértigo y no me quedaba claro si era de ver a la gente entrar a montones por la puerta del hiper o por cansancio general, enfriamiento o crisis de ansiedad.
No lo tenía claro, no soy médico.

Pero un profesional sabe dejar de lado sus migrañas y ponerse a vender polvorones como la que más. Como la más experta sabedora en dulces. La que atiende de dos en dos, y anota las ventas.
Es un cacao mental. Además vigila que nadie se le lleve nada por "el morro". No quiero ni pensar en los 15 días que me tocan sin descansar en diciembre.

Menos mal que me organizo las horas y empleo más de una en reponer todos los huecos que van dejando las ventas.
Ayer que era sábado fue una pasada. Cuando sumo las cantidades y veo las ventas totales se me pasan los males y eso que a mí me da lo mismo porque me pagan igual venda mucho o poco, pero reconozcamos que la suma total de ventas mereció la pena.

Esta semana he vendido más de lo esperado turrones, polvorones y mazapanes y falta más de un mes para Navidad. Hoy toca fiesta, menos mal.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Dulce Navidad

Falta mes y medio para Navidad y todo en las calles y en las tiendas te hace pensar que está a la vuelta de la esquina.

Yo, que otra vez he vuelto al tema de los turrones y demás estoy alucinando cuando veo en el hiper los adornos por las paredes, y los estantes llenos de pannetones y turrones, y claro está cuando me paso seis horas de pien intentando que la gente se lleve un dulce.

La mayoría de los que se paran delante de mi puesto observan la mercancía y se lo piensan para la próxima vez, van comparando precios y luego deciden.
Los menos pican algún polvorón.
Es pronto me dicen. Y es cierto cada vez es antes todo.

Creo yo que hasta diciembre, con el asunto de la paga extra o habrá un aluvión de ventas, pero habrá que esperar.

La crisis también afecta y la clientela se decanta por marcas blancas que aunque supuestamente de peor calidad son más baratas.

Dentro de poco sonarán villancicos en el hilo musical del hiper y tálvez me lleve un gorro rojo para llamar la atención. Habrá que acudir al márketing para aumentar las ventas.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Ausente

Hay gente que va a trabajar, y trabaja, no digo que no, pero la realidad es que cuando la necesitas en su puesto nunca está.

Esta semana he tratado de localizar a una persona como 10 veces entre por teléfono y en persona y en todas he tenido que ir más tarde o volver a llamarla. Llega un momento que a una le da la sensación de que la esquivan.

Es impresionante. Claro está, que cuando llamas perfectamente puede estar en su silla sentada y no tener ganas de hablar con nadie, y entonces pide a su secretaria que no le pase llamadas. Y eso lo sé yo que como buena secretaria me ha tocado hacerlo más de una vez.

Pero si quedas con una persona a una hora en la oficina para darle unos papeles, ¿Como es posible que no estés a esa hora en el sillón y que tengan que esperarte media hora? ¿Qué nos pensamos, que los parados no tenemos cosas que hacer?

En fin, desconozco si la gente de este tipo que por lo general suele ser gente con "cargo", se ausenta para tomar un café, para ir a otras empresas o para ir a su casa a poner la lavadora, pero si tu horario es de 10 a 14 horas, no sé que te diga, pero el día es muy largo para hacer otras cosas.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Mi compañero de siesta



El bichón maltés de la foto, es mi perro.
Y hace mucha compañía, cuando nos quedamos solos.
Pero tiene momentos en los que me rio con él todo lo que quiero.
Esta mañana estaba comiendo yo unas salchichas y después de comerse media, ha ido a comer de su plato de friskies.
Cuando yo he terminado de comer, se ha llenado la boca de su comida y se ha venido al salón, a esa alfombra azul a comérselas, porque así seguía comiendo conmigo.

La siesta se la duerme conmigo y por la noche cuando me levando al lavabo y lo dejo solo en los pies de la cama se sube hasta la almohada y claro, lo tengo que volver a poner en los pies. Y ahí se queda.

Se sienta a mi lado cuando estoy en el ordenador, y a la hora de irse a la cama, se lleva el solico la dichosa alfombra azul, hasta el dormitorio y lo ves venir a todo tren por el pasillo a veces tropezando con el trapo pero como es suya y no deja que se la toquemos... pues él la lleva a todas partes.
El Chusky es un gran perro, yo creo que sólo le falta hablar.

Lo tengo claro, cuando tenga 50 años y los hijos se independicen, me comparé un Chusky.

Las sillas de urbanismo

ZARAGOZA
El Ayuntamiento compra para los concejales 36 sillas de diseño italiano por 2.683 euros cada una
El Consistorio elige estas butacas, que se colocarán en el Seminario,pese a que tenía otra oferta un 50% más barata.
Urbanismo defiende "el simbolismo" y "la notoriedad" de la sala de reuniones principal.

Que pena, por favor gastarse casi medio millón de pesetas en una sola silla. Claro, las sillas de los señores concejales no pueden ser cualquier cosa.
Lo que más me fastidia es que las pagamos nosotros, en estos tiempos adversos en los que nos acompaña una crisis.

Mira, por poner un ejemplo: Con lo que cuesta una silla de esas pagamos 7 mensualidades de alquiler en Valdespartera, y posiblemente nos amueblemos medio piso de esos de 30 metros que proponen los señores de los butacones caros.

2683 euros equilaven a 3 sueldos de reponedor de hipermercado o a 4 salarios de una promotora de dulces navideños que trabaja de pie y casi no puede ni ir al lavabo. En ambos casos de lunes a sábado un buen puñado de horas.

Ya no hablamos de lo que haríamos con el total de factura. Vamos a dejarlo que se me calienta la sangre.

Digo yo, que entre una silla de Ikea y una silla de las que han comprado, habría otras opciones como las que les han ofertado a mitad de precio. Pero claro sentarse en un sillón de 1700 euros es poca cosa para un concejal.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Echar de menos

¿Cuanto se puede echar de menos a alguien?
No a un alguien cualquiera. Sino a una persona a la que quieras, a un padre, a una madre, a un familiar en general, como no a la persona a la que quieres, y de paso al perro.

A veces tengo días en los que no quiero ver a nadie, pero la mayoría de los días de un mes echas de menos a todos los que te rodean.

Acabo de descubrir una manera de que los ratos vacios de gente a la que queremos pueden sustituirse por instantes que jamás pensaste hacer importantes. ¿Quien puede pensar que un miércoles a las 12 de la noche puede haber dos enamorados cenando?
Aunque las despedidas de esos días en que no sabes cuando volverán son en exceso emotivas.

En realidad cualquier día es bueno para estar juntos si no puede ser un domingo.

Para mí extrañar a alguien me lleva a los límites de no dormir en una noche y de pensar en donde puede estar, me lleva a escribirle, a llamar por interesarme por ell@s. A llorar...

Dicen que eso es amor, porque querer, se quiere a todo el que nos rodea y forma parte de nuestras vidas. Pero... ¿De veras el querer tiene que hacer tanto daño?

¿Quererse tiene límites?

Hoy me pregunto si el amor tiene límites, y si de veras los tiene en que punto se encuentran.
Soy de la idea de que tal vez cada uno los ponga donde quiera, donde mejor le convenga, pero en una pareja cada uno tiene sus límites y a veces no coincides ambos.

Nunca sabes si pedirle un ramo de flores en una fecha señalada es un exceso, o si querer pasar a su lado una noche especial le puede incomodar.

Aún no he aprendido si decir las cosas que no son correctas abre heridas que nunca cicatrizan o si es bueno decirlo todo para no cometer dos veces el mismo error.

Quizás yo quiero ser más importante de lo que debo ser, quizás se me ha olvidado como quererle y ya no se reconquistarle.
No sé cuantas veces decirle "te quiero" al cabo del día, ni sé evadirle de mis problemas porque él es como un cura confesor y sé que eso cuesta de entender.

Aunque en estos meses me he dado cuenta de que si no cuidas a lo que más quieres, lo pierdes para siempre y a veces ya nunca vuelve.

Dicen que le presiono, que le agobio y lo quiero todo para mí, que no sé quererle, no soy quien esperaba, no soy su otra mitad. Pero yo le quiero a mi manera.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El spam call o llamada publicitaria

¿Quien no ha recibido alguna vez, una llamada de un número privado a la hora de la siesta o pasadas las once de la noche?
Son números desconocidos, del tipo 900 o simplemente de esos que prefieren ocultar su identidad.

Suenan infinitas veces hasta que descuelgas, es decir no cortan aunque lleve 20 tonos. Y cuando descuelgas... ¡te cortan la llamada!

Y ya la has liado. Adiós al estupendo sueño con Brad Pitt que estabas teniendo en la siesta. Ya es un fastidio que un "ring" te deje sin siesta, pero si encima la llamadica no vale para nada... pues hombre te cabreas como que un poco.

Los emisores de estas llamadas suelen ser empresas de telefonía e internet para que cambies de proveedor de línea y lógicamente pues no te cambias. Ya te pueden intentar convencer con mil tretas y estrategias de venta, que por mucho que estés dormido te enteras de todo.

Esta práctica molesta basada en escoger números aleatorios para venderles un producto, es lo que llamamos "spam call" o llamada publicitaria, y la verdad muchas veces a la hora de la siesta optas por desconectar la línea fija para poder al menos dormir 5 minutos seguidos.

¿Alguien me puede dar una solución para eso?