sábado, 15 de agosto de 2009

Inconformismo y felicidad

Hoy, después de muchos días sin contarte nada, me pregunto hasta donde puede llegar el incorformismo, que para el caso es a veces aquello que nos impide ser felices.

No sé si se debe a querer ser como los demás y tener aquello que ellos tienen y tú no, o a qué te gustaría hacer cosas que no puedes, pero deberíamos aprender a ser felices dentro de nuestros límites.

Bien es claro que no puedo irme de vacaciones a ninguna parte, (aunque necesito salir de aquí), pero una simple comida familiar o una cena en ese restaurante al que hace mucho que no vas o en ese restaurante al que llevas años queríendo ir y no has podido, pueden convertir un fin de semana en algo especial.

Si para colmo tienes en casa a un "Avelino" que se levanta un día de fiesta y te dice: Hoy no hagas nada que yo me encargo de todo, el plan es perfecto.

La que les escribe quiere ser feliz consigo misma, se lo ha propuesto, pero le duele no ser lo que quiere ser, y que todos le supcionen la sangre, que las pesadillas no la dejen dormir y que las paredes de su casa se le "caigan" en la monotonía mañanera de satisfacer al Avelino con unas buenas viandas.

Quizás debería olvidarme de todo lo que un día me atormentó y empezar de cero, ser feliz y disfrutar de cada pequeño placer de la vida. Todo vale con tal de no llorar toda una tarde por sentirse fracasada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me gusta que llores... no, no me gusta nada aunque a veces sea necesario... Espero que pronto luzcas una gran sonrisa y que, poco a poco, todo vaya yendo mejor. Piensa en todo lo que has logrado en la vida, piensa también que de todo se aprende y no desfallezcas, no dejes de luchar por ser feliz, ¿me lo prometes?

Veo muy buena idea lo de fijarse en las pequeñas cosas que te da la vida y ser feliz con eso.

Un fuerte abrazo,

N.