miércoles, 8 de agosto de 2012

La procesión va por dentro.

Siempre se ha dicho que la procesión va por dentro, y caramba, vaya frase más real. 
Hace 3 semanas que terminé mi última sesión de quimio, la verdad que he de reconocer que las dos últimas sesiones, han sido las más duras de todo el tratamiento.

Lo malo viene después, cansancio, sueño o insomio, dolores, pinchazos, altibajos, son algunos de los síntomas que habitualmente se tienen tras una sesión de quimio.
Te levantas bien, con energía y ganas de comerte el mundo, y a la media hora tienes que volverte a la cama, porque el cuerpo te pega un hachazo, dejándote "k.o."

Debes vivir el momento, hora a hora, y muchas veces sin poder plantear hacer planes a corto o medio plazo, porque no tienes la seguridad de que el cuerpo te acompañe. Una cosa tan simple como un paseo con tu pareja, te hace terminar volver a casa antes de tiempo, debido a que te agotas enseguida y el cuerpo no puede más.

L@s pacientes lo pasamos mal, pero l@s que tenemos a nuestro lado y nos cuidan lo pasan bastante peor. También necesitan que se pregunten por ell@s, o poder hablar con alguien que les escuche, simplemente eso que les escuchen. 

Lo malo que tiene una enfermedad de larga duración, es que además de físicamente, machaca psicológicamente más a quien te está cuidando, que al propio paciente.

2 comentarios:

Medranica dijo...

Animo valiente, que esto ya casi esta superado. Y cuando se necesita hablar no hay que esperar que te pregunten, si no uno mismo llamar al que mas le apetezca y decir - necesito hablar-seguro que tienes a alguien que te quiere escuchar. Besos.

Ajovin dijo...

A los campeones se les nota en la cara, son personas que saben sonreir cuando les duele la libertad, la fuerza.
Pero ya ha pasado lo gordo, ahora toca respirar fuerte y empezar a plantearse los futuros, los presentes y los otoños.
A los dos un solo abrazo, para que al repartírselo, sea más maravilloso.