lunes, 9 de febrero de 2009

La vida sin prisas

Hay gente que se toma la vida con la mayor tranquilidad posible, gente con la que debemos tener una paciencia infinita porque de su trabajo dependen muchas de las decisiones que cambiarán tu vida.

Cuando llevas meses esperando un papel, una carta que te informa de unos trámites, un informe, cuando hay cosas que son urgentes que son "para ayer", aún te parecen más lentos los avances, y vas un sía, y te hacen volver, y vuelves y aun no tienen nada de lo que te habían prometido, y pasas los días esperando, las semanas, los meses incluso, pero los plazos se van cumpliendo y los papeles a presentar no llegan, porque son los que hacen esas personas de la tranquilidad infinita.

Segura estoy, de que si los papeles fueran para el que los tiene que hacer, enviar y sellar, los pasos avanzarían más rápido como si se les fuera la vida en ello.

Como quienes los pedimos no somos para ellos más que un número más no tienen prisa, mientras, seguimos esperando.

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