domingo, 25 de agosto de 2013

Madre no hay más que una

Estoy llorando, hoy lloro por una mezcla de sentimientos entre la felicidad y la tristeza, la emoción y la rabia.
Hoy, es 25 de agosto, un día en el que se cumple un mes del auto transplante de médula de mi santo, un día en el que su madre cumple taitantos años, y un día en el que hace tres meses que perdimos a un amigo.

Todo va unido. Mi santo tiene cáncer, al amigo que falleció, se lo llevó por delante un cáncer, y paradojas de la vida, hoy, una amiga de la hija de este señor, y mía también, ha sido mamá de un precioso bebé.
Todos nos hemos juntado en el hospital, viendo la llama de la vida que se acaba de encender, como fruto del amor de dos personas.

A veces la vida está llena de casualidades que convierten un día en extraño.


Yo también quiero tener un pequeñ@, y todo se andará, hay muchos días para intentar dar en la diana.

Lo importante, creo es mostrar las emociones, no guardarlas dentro de un cajón que es el corazón, porque este al final de tan lleno no se puede cerrar y revienta.

Yo sé porque se notan las cosas en los ojos, que mi amiga se ha emocionado, quizás porque no esperaba que fuera al hospital a verla. Pero es emocionante pisar un hospital para ver a un bebé que no sabe aun ni llorar.

Pero hay algo que hoy me ha rebosado, algo que hace tiempo que necesitaba hacer. Llorar con mi madre. Llorar media hora. Abrazarnos las dos, decirnos que nos queremos, que aunque seamos algo débiles, dentro de nosotras hay dos señoras capaces de aguantar lo que nos echen encima.

Ella está contenta de que vuelva a su hogar, y de que yo me haga cada vez un poco más madura. Ella ha visto en los ojos de ese bebé a su hija que nació también pequeñita, como es lógico y que hoy ya pesa 130 kilos. Me ha visto a mi. A esa hija que quiere mucho y que gracias al esfuerzo de sus padres es cada día más feliz.

Hoy todos nos hemos unido en una maternidad como hace 30 años, con la diferencia de que en aquellos años ellos se convertían en padres, y ahora se convierten en abuelos.

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