martes, 19 de agosto de 2008

La amistad

Hace 20 años que nos conocimos, y hace unos 10 que nuestra amistad no es la misma.
De pequeñas compartíamos pupitre, y llevábamos hasta las mismas camisetas.
Los fines de semana nuestros padres nos montaban en el coche y nos llevaban sin rumbo a cualquier pueblo del Pirineo.

Nos poníamos música de Roy Orbison, o la B.S.O. de Twin Peaks y nos creábamos nuestras historias de mundos de LP.
No nos importaba ir a Valencia 7 horas en furgoneta a ver un partido de basket, ni revolcarnos por la nieve de Panticosa en pleno enero.

Siempre teníamos nuestros piques porque sus 9 en los exámenes eras más que los míos, y así nos ha colocado la vida.
En relación a los 9.
Ella esta en Mallorca como Terapeuta Ocupacional y yo... yo soy administrativa en paro.

Ahora cuando viene a Zaragoza nuestros encuentros se resumen en vistas de media hora escasa a las 12 de la noche porque hay hueco para todos menos para nosotros. Es bueno que nos recuerden para sólo algunas cosas.

Siempre supe que no estaba a la altura de su inteligencia, pero eso no quita para que a todos los viejos amigos, a los que dejó aquí nos dedique más tiempo que el preciso para vernos en pijama.

Lo que hacen los años con las amistades es tan duro que algunas las hace interminables y duran para siempre, y otras se apagan sin saber quien las roció con agua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre se ha dicho que los amigos de verdad, se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dedos.
Las personas vivimos diferentes etapas, y cuando uno es estudiante las amistades que se hacen, se quedan en colegas de instituto.
Los que han echo el servicio militar, dicen que los amigos que han echo, han sido para toda la vida, y hay están cuando se les necesita.
Otras amistades, son de conveniencia, o simplemente pasan a ser conocidos, o "amiguetes".
Conocer gente, considerarlos amigos, es muy sencillo, pero lo realmente difícil es tener la confianza suficiente, para poder presumir de amigos.