sábado, 2 de agosto de 2008

La ley de la selva

¿Que me deben dos días de fiesta? Pues no problem, me los tomo de fiesta en viernes y sábado, enlazo con el domingo y así me hago tres días para estar con la novia.

¿Se imaginan que todos los españoles que hacen horas de más que acumulan, hicieran eso a la vez? Dejaríamos lo más seguro al país parado total.

Pero aquellos que vienen de fuera a ganarse el pan, se piensan que aquí es todo como al otro lado del charco, libertinaje total sin pedir nada ni avisar previamente. Lo mío es mío, y lo de los demás si pillo algo pues también. Eso sí, siempre están aquellos que dicen que en su país estaban mejor.

Pues señores, aquí hay normas, normas para obedecer y algunos protocolos establecidos que todo trabajador debe cumplir:
Uno, avisar de que tal día no puede acudir a su puesto de trabajo, para que el empresario busque un sustituto.
Dos, en caso de necesitar un día por un asunto personal por lo general se dan los necesarios regulados por ley.
Tres, las horas extras, o se pagan o se dan de fiesta cuando el jefe estime oportuno, o se quedan hechas y punto, sin recompensa ninguna.
Cuatro, si por un casual decides abandonar tu puesto de trabajo de forma definitiva, es decir baja voluntaria, debes avisarlo, y en algunos casos presentar por escrito una carta de renuncia.

Lo que está claro es que en ningún caso, salvo enfermedad momentánea se debe abandonar el puesto de trabajo.
Tengo claro de que si yo hubiera faltado sin previo aviso ni causa justificada a mi trabajo estaría en la calle a la primera de cambio. No a la tercera.

Lógicamente los trabajadores de aquí arrastran horas de más que se pueden contar en semanas, y no se las toman cuando les da la gana. Sólo faltaba.

Esto no es la selva. Es el desierto.

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