martes, 10 de marzo de 2009

Mi sombra

Hoy hace dos años que vivo acompañada de una sombra que no me deja vivir.
No sé muy bien en que se ha convertido, porque tan pronto estoy bien, como mal, como peor.
No tengo ganas de nada, todo me aburre, incluso aquellas cosas que siempre me habían gustado.

No quiero oir música, ni ponerme a jugar una partida de tetris, ni siquiera pasear, ir de compras o mirarme al espejo, porque veo algo que no me gustaría ser.

Me siento inservible, y no le encuentro sentido a todo lo que compone mi vida, me has llenado de ganas de llorar, y me has destrozado las muelas, la cabeza y los huesos que componen mi cuerpo, porque me duele todo.

No puedo ni quiero comer, no quiero hacer nada que no sea dormir.
Veo todo como algo inalcanzable y con muchas barreras para saltar antes de llegar a meta.
Me dan miedo muchas cosas que antes para mí era como si no existieran, y no quiero rodearme de más penas que las que me rodean a mí y a los que tengo cerca.

La vida es demasiado dura como para poder ser totálmente feliz en algún punto durante su transcurso, ya no oigo más que silencios a mi alrededor porque todo me molesta, no quiero soñar ni hacerme ilusiones porque nada es como tendría que ser.

Tú, sombra larga y pesada me has convertido en esto, y no tengo ya ganas de luchar porque todos a mi paso desvanecen, hacen oidos sordos y no le encuentran solución al hondo dolor que me causas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quisiera que esa sombra desapareciera pero como parece que le gusta estar contigo, trataremos de hacer un curso de Photoshop, Lighroom o similares para borrarla...

Un fuerte abrazo y mucho ánimo,

N.