lunes, 13 de febrero de 2012

Humánidad médica


La gente a veces no tiene tacto, ni paciencia, ni piensa en los demás.
En los tiempos que estamos, a cada uno nos corre prisa lo nuestro, y no pensamos en si alguien puede necesitar ayuda, si está bien, mal o regular. Te llaman por teléfono para bombardearte con preguntas, sin saber como estás en ese instante preciso.

Pienso que hay que buscar también la comodidad de quien está enfermo por alguna razón, más o menos delicada, y que no se le debe molestar para firmar un papel que puede esperar, ¿y si el enfermo no se puede mover de la cama? Tal vez sería más cómodo que alguien le hiciera llegar la documentación, que la pudiera revisar, que firmara lo necesario, y que luego alguien la devuelva a la empresa. Pues cuando se está de baja, con 12 puntos en la pierna, no es fácil andar, ni conducir, ni vestirse tan siquiera.

Los médicos de empresa también quieren saber como estás, pero no te dejan ni un segundo respirar, te llaman cada dos días y ahora nos toca hacer revisión de la operación, y ver como va el enfermo. Así que cuatro horas después de que el especialista nos diga si todo está bien o mal, el médico de la empresa juzgará también si estamos muy graves o poco.

Por lo pronto, nos quedan dos semanas de reposo absoluto, sin levantar pesos, ni conducir, ni agacharse, ni subir un peldaño, pues los puntos de sutura, aun tiran lo suyo, a veces dan un poco de fiebre, y no dejan ni dormir.

Pues eso, que hay que cuidar de los enfermos que tenemos cerca, hablar con tacto y cuidado pues no sabemos en que situación se encuentra la persona con la que hablamos, si está dormido, dolorido, ingresado, en estado febril, o le acaban de decir que su salud no es tan buena como le gustaría y necesita asimilar las palabras de un experto que hará lo posible por que nos curemos lo antes posible.

1 comentario:

Medranica dijo...

Al final ves, no se han portado tan mal.Ellos tienen que cuplimentar unos tramieste que realmente les mandan los de mas arriba. Paciencia, mucha paciencia