Que estamos viviendo una larga época de crisis, no es ninguna novedad. Que el gobierno tenga que crear fórmulas anti-sociales, para poder tener ingresos tampoco es ninguna novedad, que los recortes que se están aplicando los primeros en notarlos somos los ciudadanos de a pie, sigue sin ser ninguna novedad, por no decir lo habitual. Pero, ¿estamos pagando justos por pecadores?

Esta mañana, tras acudir al médico de cabecera, y pedirle dos recetas que necesito, hemos ido a la farmacia a buscarlas. Delante nuestro teníamos tres señoras, las tres llevaban recetas rojas. Me he fijado especialmente en una que
tenía unas 12-15 recetas, estaban los medicamentos encima del mostrador, debajo de cada receta, algún medicamento de estos estaba repetido. Que si dos cajas de espectorantes, que si un par de jarabes....
Del naproxeno solo tengo una caja, le decía la farmaceútica, a lo que la señora, en un tono de sorpresa y enfado, contestaba ¿solo una? pues yo necesito las dos cajas. Mientras yo esperaba,
con mis receticas verdes, he pensado, ¡¿acaso se las tiene que tomar las dos cajas hoy?!.
Me ha dado la impresión de que nuestros queridos abuelos, empiezan a realizar economía de guerra, y antes de que entre en vigor la reforma de pagar las recetas por los ingresos que se tienen.
A nuestros pensionistas les afecta, teniendo que pagar el 10% de los mismos, aunque de momento no necesitamos cartilla de racionamiento, ellos empiezan a realizar su aprovisionamiento personal.
Claro que este aprovisionamiento que están haciendo,
me hace creer, que en breve, serán nuestros abuelos los que nos dispensen las medicinas, y no las farmacias. Empezaremos a ver alguna imagen como, la de ir a casa de nuestros abuelos, con la receta verde, y serán ellos los que nos las despachen, además de pagárselas, y así ellos consiguen unos ingresos para poder pagar,
ese 10% que van a tener que pagar, por pertenecer a la 3ª edad.
En fin, nos lo tomaremos un poco a risa, aunque la verdad, la gracia que me ha hecho pagar mis medicinas y un tubo de pomada que no entra en la Seguridad Social, en ese momento, ha sido la misma que le ha hecho a la señora, cuando le ha dicho la farmaceútica, que no tenía una caja de naproxeno.