sábado, 12 de enero de 2008

Nuestras cosas están en su sitio

Las inundaciones son algo que yo había visto por la tele cuando viene la gota fría, y salen los vecinos con los cubos llenos de agua, y bajan las calles que parecen el Ebro en día de crecida.

Bueno, pues hoy se nos ha inundado parte del garaje de casa, tiene narices lo de la colaboración vecinal, pues en nuestra escalera somos unos cuantos, los que estamos en edad de colaborar, unos 30 más o menos, y somos en todo el bloque 63 vecinos.
Bueno pues de todos ellos, de los 63, hemos bajado una docena escasa a recober el agua que se acumulaba en los garajes y trasteros.

¡Manda narices! Era la hora de comer, estamos todos de acuerdo, pero cuando hay que arrimar el hombro, pues se arrima, ¡que leches!.

Luego algunos vendrñan con que se les ha encharcado el trastero, o con que se le ha mojado el coche, pues a espabilar que ya vale de pereza, que es pecado.
Tras dos horas de achique, con los cubos de la fregona, y las escobas, hemos dejado aquello más o menos apañao, y nos hemos ganao los macarrones que había en el plato.

En fin, un abrazo a los que nos han ayudao, y un remordimiento de conciencia para los que no han bajado, o para los que se han acercado a curiosear y se han marchado por donde han venido sin hacer nada.

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