domingo, 13 de enero de 2008

Prendida me he quedado, otra vez

Ya resuenan los ecos de los timbales, ya se oyen redoblar a los tambores, y afinar a las cornetas.
Ya ensayan nuestros nazarenos sus compases y marchas para esta Semana Santa.

Yo, que soy asidua a estas cosas y que me emociono solo con oir un golpe seco de bombo, he acudido esta mañana al primer ensayo, de una cofradía que me llena la mente de recuerdos.
Porque yo no soy nazarena, pero mi Ave sí.

Y me gusta verlo y escuchar como suena ese timbal, y ver como se le imflaman las muñecas después de dos horas de ensayo.

Son dos meses de ensayos, varios días a la semana, aprendiendo a salir, los recorridos, los desdoblamientos, las paradas del Via Crucis...

Luego, cuando llegue el momento, llevaremos unos huevos a las Clarisas para que no llueva como el año pasado, y así, la Dolorosa, y el Cristo Prendido puedan salir a la calle, y yo pueda volver a llorar al escucharte, Ave.

No hay comentarios: