sábado, 3 de enero de 2009

La calidad del trabajo

Trabajar es un hecho que deja de ser un placer, cuando es una obligación para pagar la hipoteca o la letra del coche.

Que más quisiera yo, que dejar de cubrir las bajar del que está con gripe o del que se ha marchado de vacaciones.

No nos pensemos que hacer 40 kilómetros para ganar 27 euros en una tarde, se hace por gusto.
Es muy fácil decir que lo ideal es encontrar un trabajo duradero y cómodo, es decir cerca de casa, bien remunerado y de lunes a viernes. Eso es lo que yo quiero y es lo que además tenía cuando empecé a trabajar.

Pero por desgracia en los tiempos que corren tienes que tragar con algo que no quieres hacer pero como es para dos días... Y ciertamente no sé que es peor.

Mira, teniendo en cuenta que mis capacidades son amplias, es decir que hablo idiomas y te puedo llevar una contabilidad, hacerte unas facturas, atender a tus clientes o manejar una base de datos a veces me gustaría hacer ese trabajo, que por cierto es más cómodo, más fino, te dan en fin de semana de fiesta y te pagan decentemente. No el día 20 del mes siguiente, ni a cuatro euros la hora.

Pero si ha sido necesario hacer 15 cafés para sacarse 60 euros pues se hace, aunque no queramos y sólo espero que no me digan que está mal, porque ya lo sé, pero quizás si no hubiera querido hacerlo, también me habría equivocado. Como siempre.

Conste que me hubiera gustado descansar y evitarme una crisis de ansiedad, pero con esa ya no puedo luchar.

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