domingo, 6 de mayo de 2012

Mamá


A lo que vale una madre no se le puede poner precio.
Ya de primeras, por el hecho de querer ser madres, gastan más energías trayendo a un hijo al mundo, que en el gimnasio haciendo aerobic. Y eso que yo salí pequeñica, me han dicho aunque ahora sea grande y fuerte.

Luego empieza a preocuparse por ti, como si no hubiera otro ser en el mundo más que sus hijos, y pasa las noches sin dormir, y te hace ricos biberones, y te canta canciones de todo tipo para que te duermas.

Una madre como la mía y supongo que como la mayoría juega contigo a las casitas, y te ayuda a hacer los deberes, te arropa por las noches, te hace buenos bocatas para la merienda, te regala para reyes un juego de soperas para que aprendas a cocinar tan bien como ella y está siempre contigo.

Una madre da lecciones de supervivencia para subsistir en este mundo, y te levanta cada vez que tropiezas, te anima a seguir adelante, a luchar. 

Una madre es capaz de perdonarle a un hijo todos los errores por muy graves que sean, que haya cometido en un tiempo pasado, sufre y se alegra con todo lo que nos pasa y  te invita a comer los domingos y fiestas de guardar unas comidas de sabores que la creías olvidados.

Podría decir muchas cosas de una madre, de MI madre, ella sabe que la quiero, y que la echo de menos ahora que cada una vive en casas diferentes, ella me esta empujando en estos momentos "regulares". Aunque sin duda lo mejor que hizo mi madre por mí fue traerme a este mundo y traer también a mi hermano, que porqué no decirlo una obra de arte única en el mundo, un pilar fundamental en mi vida como mis padres. Porque conforme pasan los años te das cuenta de que los únicos que están a tu lado son ellos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias