martes, 10 de julio de 2012

ONG Mediterránea en Etiopía

Ayer recibí un correo desde Etiopía. Yo no sabía que en esos mundos tan necesitados había internet, pero algún ricachón debe tener señal.

El mail era de una amiga de la infancia, que está allí haciendo labores voluntarias con la ONG Mediterránea.

Tienen varios proyectos interesantes, han organizado una sala de psicomotricidad para niños inivdentes de Sebeta, y ahora también van a realizar labores con personas mayores para recordarles costumbres de su cultura que con el tiempo pueden enseñar a los más pequeños.

Les llevan medicinas, ropas y materiales para poner a punto cada idea, para que los niños más necesitados puedan tener una calidad de vida un poco mejor.

Porque en Etiopía pueden observarse dos clases muy diferentes de personas: las que tienen mucho de todo y las que no tienen nada de nada. Recuerdo bien una foto que me enseñó una vez, donde se veía el contraste entre las calles llenas de gente necesitada de cosas básicas, y al fondo de la imagen, se veía el palacio del mandamás, el que gobierna ese "desorden".

Mi amiga Laura es una persona con mucho valor, ella y quienes le acompañan, con valor, porque se la juegan al pasar las aduanas, pues alguna ve les requisan materiales, (encima que vas a ayudarles), es capaz de dedicar sus vacaciones de una manera desinteresada a quienes más lo necesitan.

Antes de marcharse estuvo conmigo un día y me comentaba que estaba ilusionada con todo esto, y que esperaba que la gente mayor le respondiera bien a sus proyectos. Aquella tarde, calurosísima subió a dedicarme sus palabras de ánimo al hospital, antes de acabar con algo también duro como es la quimio.
Estuvimos un tiempo distanciadas, pues ella se fue a trabajar fuera, pero siempre me he acordado de ella, y se que es una persona de una calidad extraordinaria.

Hace falta mucha gente en el mundo como ella, para que todo funcione un poquito mejor.

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