¡Qué no te abro joder! le dijo enojado, yo desde el asiento de atrás alucinaba con la escena.
El autobús arrancó cuando el pasajero llegaba a la parada tras una carrera, y el conductotor no le quiso abrir.
Las palabras iban subiendo de tono entre los interlocutrores y los pasajeros insistíamos en que le dejarán subir.
Entre las palabras malsonantes del conductor y tras una patada a la puerta del autobús. el pasajero consiguió subir, y en la propia cara el conductor le reprochó que "usted moro de mierda no tiene que venir de su país a expllicarle lo tque tiene que hacer en su trabajo".
Entiendo, hasta cierto punto, que estén en la empresa cabreados porque entran a trabajar extranjeros, pero las personas de a pie no tienen la culpa de que algunos compatriotas quieran trabajar.
Todos hemos tenido alguna vez familiares que han salido al extranjero a ganarse el pan para comer, y a veces estas cosas se nos olvidan.
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