viernes, 30 de noviembre de 2007

El opositor

Después de varios intentos, de lesiones, y de luchar contra los tests, hoy dejarás para siempre de ocupar un puesto en el lineal de las leches descremadas, y los panes de molde, y pasarás a ser un funcionario de uniforme azul de esos que ponen multas.

Hoy te veré por ultima vez, y en silencio sin que nadie me oiga me despediré de tí como lo haría de cualquier persona de esas que me caen bien en el mundo.

Hoy me clavarás por última vez tus pupilas azules en el alma y yo las guardaré donde guardo los ojos de quien más quiero.

No se como será la despedida, imagino que a lo mejor ésta, ni existe porque tampoco quiero ponerme sentimental.
Además no nos conviene a ninguno de los dos.

Quedan pocos como tú en el mundo, pero eso sí, nunca olvides a aquel que te enseñó porque es un buen maestro en todas las asignauras de la vida.

Ya nos contarás alguna vez como te ha cambiado la vida.

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