sábado, 24 de julio de 2010

Tengo un hospital para mi solita

Hace una semana más o menos a estas horas mi coche se estrellaba contra unos setos, dejando a mis padres llenos de moratones y rasguños. Y con ellos hago de enfermera, bueno y de hija que les quiere y les cuida, pero ya están mejor, o al menos eso me dicen.

Tengo a un familiar que se ha caido de la cama y con 90 años me dice que le duele el cuerpo y me pregunta que si eso es normal, coñe, es normal a su edad y a la mia que soy mucho más joven.

Tengo una enferma con los tobillos como botijos, que también progresa adecuadamente porque ha guardado reposo y ahora ya sale de marcha por ahí porque es un culo inquieto.

Y tengo amigos, que miran a sus padres con la esperanza de que se salven, de que se queden en este mundo de vivos pues tendrían que tener cuerda para rato, y la vida es tan dura que los deja estancados en un punto y no mejoran.

Yo, después de todo sólo tengo una muñeca hinchada un poco, y ganas de llorar, pero no me salen las lágrimas, y me sé de uno que también lo está pasando mal, pues conoce a todos los enfermos, los quiere a todos, y llora a escondidas aunque me lo quiera negar.

Se hace el fuerte para cuidar de mí porque sabe que lo necesito como todos los demás me necesitan a mí.

Menos mal que tenemos amigos médicos y amigos enfermeros que nos ayudan, y amigos que son amigos a secas, de esos que escuchan y te secan las lágrimas para hacerlo todo más fácil.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucho ánimo con todo, Laura. Ojalá pase todo pronto...

Ave es un solete y tú otro.

Un abrazo muy grande,

N.

Medranica dijo...

en estos casos, la unión hace la fuerza, y nosotros estamos unidos y tenemos fuerza,¿se puede pedir mas?.gracias.