sábado, 2 de julio de 2011

Puppy, Mamá y Guggenhein


Para ir al Guggenhein, cogimos el tranvía en el teatro de Arriaga, al bajar en nuestro destino, al lado izquierdo quedaba la Universidad de Deusto, y un gran edificio financiero de Iberdrola, conocido como el rascacielos de Bilbao.

A nuestra derecha, además del museo, veíamos un parque con juegos para los más pequeños.

Llegamos hasta un punto donde indica que la entrada para grupos es por la izquierda, la entrada individual por la derecha. Subimos las escaleras que llevan a la entrada individual, donde Puppy lo vas viendo más grande, conforme vas subiendo las escaleras. Vamos despacio, porque había llovido y las escaleras mojadas dan respeto.

Sacamos unas fotos de la entrada, de Puppy, y de unos árboles que tenían plantados en unos maceteros, cerca de las escaleras de acceso a la entrada al museo. La verdad que cuando me fui, me quedó un sabor agridulce. No me gustaba la entrada y fachada del museo. Sin embargo Puppy me parecía lo mejor del lugar.

Por la tarde mientras Pili hablaba con sus padres, le preguntaron que si no habíamos visto la araña, ¿qué araña?, si solo vimos a Puppy, resulta que nos habíamos dejado de ver la parte de detrás. Pues habrá que volver a verlo.

Así que el jueves por la mañana, después de dejar las maletas en el hotel, para pasar a buscarlas después de comer, volvimos a coger el tranvía, de vuelta al Guggenhein.

Fuimos por la entrada de grupos, ya que el día anterior fuimos a la entrada individual.

Y no solo vimos a Mamá, la gran araña que pasea junto a la ría, había varias esculturas más, los tulipanes, el gran árbol y el ojo, arcos rojos. También hay otras esculturas que no vimos, pero forman parte de la colección del Museo, fuente de fuego, díodos luminosos, y escultura de niebla.

Aquella imagen de las esculturas, el paseo y la ría, hacen un conjunto muy atractivo.

1 comentario:

Medranica dijo...

pues como que me dan ganas de volver. con lo bien que lo esplicas