miércoles, 28 de noviembre de 2012

De los errores linguísticos, deberíamos aprender.

Los mayores problemas que tenemos en nuestra vida cotidiana, vienen por errores de expresión gramatical, que todo el mundo tenemos en determinados momentos de nuestra vida.
Estos errores resultan graciosos y ridiculizantes, pero no todas las personas los encajan con sentido del humor, que en muchos casos es inexistente.

Está claro, que dependiendo del status social al que se pertenece, o el trabajo que se desempeña, hay que tener un mayor cuidado con lo que decimos, si no queremos terminar ridiculizados por nuestras propias palabras.
Twitter es una gran red social, que te permite seguir a gente famosa con bastante facilidad. Se mira con lupa todo lo que escriben, llegando a formar involuntariamente titulares jocosos, ser portada de revistas humorísticas, o formar parte de la columna de un periodista en su artículo diario o semanal.
Por no mencionar algunas frases que nuestros políticos, monarcas, deportistas, o actores entre otros, han dejado para la posteridad, dando pie a más de un monólogo.

Pero donde realmente una persona se juega mucho, es en el día a día, bien en el ámbito laboral, bien en el ámbito familiar.
Los errores gramaticales dentro del ámbito laboral, sirven para que te etiqueten con un mote para el resto de tus días, que habitualmente cuando lo escuchas, suele sonar de manera sarcástica.
Cuando trabajas de cara al público, te enseñan que ganar un cliente cuesta mucho tiempo, pero perderlo, te puede llevar segundos. A buen entendedor con pocas palabras bastan.

Si en el trabajo es duro tener errores gramaticales, en tu vida personal y familiar puede suponer un grave problema. Suele ocurrir cuando una misma situación la vives con tu pareja, las dos la contaran de manera diferente, y parecera que la misma acción han tenido lugar en diferentes lugares del mundo, o han sido dos acciones muy diferentes.
Claro que cuando ocurre por primera vez, pues bueno se suele recordar como anéctoda graciosa, pero cuando ocurre repetidamente, y ambos puntos de vista son opuestos, llegan los problemas, y más cuando das una versión que deja en ridículo a tu pareja, aunque ella no se ha equivocado, y eso lo sabes muy bien.

El intentar ser gracioso delante de un grupo de amigos, o familiares, dejando en un segundo plano a tu pareja, fácilmente te traerá serios problemas con ella, que además no terminas de entender.

No seré la persona indicada para dar consejos, lo bueno es intentar que las dos personas contemos el mismo problema de la misma manera, porque a la larga con tus amigos estas unas horas, pero con tu pareja, estás las 24 horas del día, y estas son bastante más que las que pasas con el resto de personas que forman tu vida.

2 comentarios:

Ajovin dijo...

Nada estropea más la relación entre personas, que dejar en ridículo a quien te acompañe.

Es falso eso de que hay que ser sinero siempre y de forma total, es una manera absurda de granjearte inutilmente enemigos. La educación, la mesura, el control, deber servir para saber tener un tamaño apra todo.

No hay que mentir, pero decir toda la verdad no siempre sirve.

Ajovin dijo...

Si todos fuéramos por la calle diciendo lo que pensamos de quien nos rodea, nos romperían la cara ala primera de cambio.

La educación es también tener la calma inteligente, para ser amable y sobre todo comprender. ¿hay que hacer daño a alguien recordándole constantemente que es cojo, que es soso, que tiene la nariz larga o que te cae mal?

Y lo que es más importante: ¿sirve de algo ser sincero sin mesura?