jueves, 4 de marzo de 2010

Jornadas de trabajo abusivas

No puedo más, y tengo que sacar hacia fuera lo que pienso, no entiendo nada, cada vez menos.

Esto de la crisis me está volviendo loca.
Las empresas tienen ahora la dinámica de ir cambiando los horarios de los trabajadores, para rotar por todos los turnos o para trabajar un sábado una hora más y aquel que no esté de acuerdo puede ser despedido, y punto.

Ni que decir tiene que no se busca a ningún sustituto para las personas que puedan llegar a marcharse.

Estamos así, ante un caso de reducir las plantillas laborales al máximo, dejando a los cuatro trabajadores que quedan hasta altas horas de la tarde los días que ocurre algo extraordinario en la empresa.

Jornadas de 10 horas durante dos días consecutivos, a cambio de algo que no sé si es un día de fiesta o una puñalada en la espalda, porque a los que mandan arriba les da lo mismo que luego necesites un permiso para ir al médico o para cambiarte de casa.

Esto es trabajar, trabajar duro, y no estar sentado en una silla gobernando un mundo, perdón, un mundo no, una plantilla de señores que curran de sol a sol, que llegan a su casa destrozados, sin ganas de nada, que no sea dormir.

Yo no quiero bromear con esto, no me quiero callar lo que pienso, y aunque no pueda escribir aquí todas las palabras que se me pasan por la cabeza-pues son impropias de una mujer como yo- me parece vergonzoso, tener a tu cargo a un persona todas las horas del día a tu servicio, todos los días que la necesitas, por un sueldo miserable que no da para comer, debería provocar en los jefazos un reconcomer en el alma si es que la tienen.

Son inhumanos, lo sé, y a más de uno se le debería caer la cara de vergüenza cuando analiza el funcionamiento de su empresa, pero lo único que ves es como se parten de risa tus superiores delante de ti, que sales agotado, y nunca sabes si es por lo orgullosos que están de ti o porque se les ha subido el vino de la comida, en el mejor restaurante de la ciudad, a la cabeza.

Lo siento, hoy me habeís pillado de mala leche. Mañana será otro día.

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