martes, 4 de septiembre de 2007

Cada 4 domingos

Ayer estaba yo, en uno de eso días en los que me pregunto a qué huelen las nubes.
Avelino, que para esos temas tiene mucha paciencia, preguntó con una cara de sorpersa. - ¿otra vez?, como si aquello no se supiera que tenía que pasar.

Ya te lo dije, le comenté, cada 4 domingos, necesito una dosis extra de mimos y chocolate del puro y un tragico de ginebra para curar los males.

La cara que se le quedó fue de susto más que de sorpresa, cuando supo que mi cuerpo funcionaba como un reloj para esas cosas.
Me pregunto que cara se le quedaría si el funcionamiento fuera incorrecto.

Él dice que se le ha pasado el mes muy rápido, a mí, cada vez se me hacen los días más largos preguntánome a qué cuernos huelen las nubes.

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