Anoche me di cuenta de lo afortunada que soy, teniendo a Avelino a mi lado. Bueno eso ya lo sabía de antes pero me lie a pensar y pensé tanto que el pensamiento me quitó el sueño.
Si hoy le pasara algo a mi compañero de vida, y pasara la noche en un hospital, no me separaría de su cama ni un instante, para que al abrir él sus ojos me viera allí esperando su amanecer, como hubiera hecho cuando aquel golpe tonto de coche dejó a mis padres en una cama. Nunca me hubiera separado de ellos.
El amor puede con tantas cosas que te lleva a hacer las cosas que no harías por mucha gente.
Tenemos un amigo que nos ha pegado un pequeño susto con la salud, pero bueno, sabemos que está mejor y estamos todos más tranquilos.
Cuando las enfermedades un poquito serias atacan a alguien que quieres, que aprecias, esto te hace valorar más a los que tienes cerca, decirles cada cinco minutos que los quieres, agradecer a quien corresponda que sigan a tu lado "dando mal", y pensar que si a alguno de ellos le pasara algo no sabrías volver a empezar de cero.
Hoy, cuando Avelino se ha levantado, me he despertado con él, como todos los días, pero le he dado un abrazo, una docena de besos y le he dicho hasta quedarme sin voz que le quería. Lo que nunca hago. Porque me he dado cuenta de que si él un día me faltara, tendría que empezar mi vida sin él y no sabría hacerlo.
Él está bien, muy bien, mejor que nadie, él me cuida y así lo ha hecho estos años. Es el motor de mi vida, es todo, es tantas cosas... que no tengo ya palabras para describirlo.
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