Había empezado a ser feliz, la princesa del pueblo, como la llamaban, había empzado a ser feliz pocos meses antes de morir.
Tras superar las infidelidades de aquel Príncipe inglés, y dedicarse después a ayudar a quienes lo necesitaban.
La noche de su muerte, su coche era perseguido por algunos periodistas según se ha dicho, y circulaba a gran velocidad por el Tunel de l´alma de la capital francesa.
Diez años después de su muerte aún quedan cosas por esclarecer, aún se recuerda aquella mirada azul, y como se volcó la ciudad de Londres al conocer el fatal desenlace.
Hoy parte de su alma descansa en un parque de Londres, hecho en su memoria, pero estoy segura de que la otra parte está en ese puente de París que cada día cruzan decenas de barcos.
1 comentario:
Seguro que por donde pasó esta mujer, ha dejado una parte de su alma, una parte de su amor hacia los más desfavorecidos, ha dejado una sonrisa, que nunca le sobraban cuando estaba lejos del Palacio,ha dejado mucha solidaridad, ha conseguido meterse en el corazón de muchas personas.
R.I.P. Que la dejen descansar en paz.
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