miércoles, 3 de noviembre de 2010

Visita al inaem


Ayer fui al paro, a sellar la tarjetica esa donde consta que aún estás en desempleo.

Las filas en las oficinas del INAEM llegan a la puerta y salen a la calle y provocan la desesperación de más de uno.
Luego hice una fila de casi dos horas por segunda vez en un mes para pedir una prestación que no me dan.

Cada funcionario te dice una cosa. Ayer me enteré de que el plazo para pedir prestaciones se puede ampliar si t dan la documentación fuera de plazo, si me hubiera enterado de eso hace 9 meses ya había yo cobrado el paro.

Además, yo no tengo la culpa de no poder cobrar las perricas que me debe el Estado, pues he trabajado el tiempo necesario para que me den un subsidio de casi 500 euros durante cuatro meses que ya es dinero. Y tal como están los tiempos no se hace ascos ni a las monedas de céntimo.

Se sorprenden todos cuando cuento porque esta Navidad no voy a trabajar. Sí señores, les digo, este año no me contratarán por ser un trabajador que exigió que se haga lo que dice la ley. ¡ Y como me arrepiento de ello!
Dicen que hay una solución que no pienso llevar a cabo pues me aterroriza pensar en palabras duras como demanda o juicio.

No qiuero hacer más nervios de los que ya he hecho, ni tener más ansiedad o depresión por culpa de aquellos que me despidieron, que no hicieron lo que deberían hacer en su día y que ahora me está perjudicando, otra vez.

Primero fue con palabras y con hechos y ahora con deshechos por así decirlo, pues anda y explicale tú a un superior que lo que hace está mal. Os aseguro que es lo que más respeto da, y lo que más cuesta de hacer tal como están los tiempos.

Lo único que gané en esa visita fue un ataque de ansiedad y ayudar a una señora a recuperarse de un desmayo. Salí con malmoral y ganas de comerme a alguien. Las ganas de empezar de cero las he perdido ya hace mucho tiempo.

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