Hoy he estado de vista en la residencia viendo a mi tía octogenaria.
Me la he llevado de excursión al Pilar, a ver a la Virgen a rezarle unos Avemarias, y a dar una vueltecica por el centro.
Me ha dicho que es lo único que le da un poco de vida, ver que hay gente joven capaz de hacer algo por nuestros mayores, y que ya no tiene ganas de hacer nada, que se cansa de caminar, pero ella sale todos los días a pasear, y se va a ver a su amiga de la planta quinta que no puede salir de la habitación y no tiene familia, y entre las dos se pasan la tarde entre risas.
Luego he visto unas fotos de la abuela de Avelino bailando al son de la tuna en una fiesta, contenta porque también sus nietos van a verla y ella les cuenta sus historias de cuando vivía en el pueblo.
Y después recordado como un año en una residencia de la tercera edad, trabajando para las fiestas, una abuela me pidió que le cantara una jota delante de una virgen que les habían llevado, ya la mujer se emocionó al oirme.
Sé que a ciertas edades a nuestros mayores les hacen ilusión cosas simples que cuestan poco, una visita en un día especial de esas personas a las que ves poco, por las que siempre preguntas, un abrazo, un paseo por esas calles que cuando eran jóvenes se recorrían...
Yo algún día espero tener 90 años y que alguien me saque de paseo, me escuche, de cante jotas, y si estoy sola vengan a verme, porque la soledad en la viejud, después de toda una vida es la peor compañera de viaje en el final.
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