viernes, 24 de septiembre de 2010

Pasando el día en un hospital


Ayer me pasé el día en un hospital. Bonito sitio para pasar el rato si no tienes nada que hacer, y sobretodo si el enfermo al que visitas está mejor que tú y tiene el corazón como el de un toro.

Pero claro como en todo tiene que haber un borde por ahí escondido que ponga orden.

Ayer, recién operado mi padre, no me dejaron pasar a verlo hasta las doce de la mañana. Porque de 9 a 12 hay que estar en la sala de visitas.

Si hombre, es que hay que limpiar, y pasar consultas, y meter a otros enfermos.

Pero vamos a ver, si yo me meto en la habitación de mi padre y lo demás me da lo mismo, ¿que más les da? Pues no señor, en los pasillos hasta que abrieron las puertas.

Mira eso está bien para estas personas que llevan días allí metidos, pues ya directamente subes al hospital a la hora de la comida, ¿¿pero en el caso de un recién operado??, si no se puede pasar a las habitaciones que los pongan en un box o yo que me se donde pero que nos dejen estar con él.

Bueno pues eso, que para estar en el pasillo tres horas me las paso en mi casa.

Por lo demás fue todo bien, y el resto del personal muy agradable, ahora eso sí, las habitaciones un poquito justas si que son, que casi no pueden sacar la cama de mi padre para llevárselo.
Imaginaros la camilla metida en volandas con el enfermo en porretas y lleno de vendas.

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