lunes, 13 de septiembre de 2010

Viajar en familia

Ayer fue el cumpleaños de mi santa madre, ella siempre ha sido aficionada a viajar aunque sea a un pueblo cercano, todo sea con tal de cambiar de aires y ver cosas nuevas.

Bueno, con eso del cumpleaños, pensé en llevármela de viaje un par de días, las dos solas, madre e hija para olvidarnos de los hombres, de las lavadoras, de la rutina diaria y pasar un par de días haciendo lo que buenamente nos plazca, sin acordarnos de los médicos de las dietas y de todo lo que nos preocupa.

A la señora le da cosa irse de aquí y dejar a su santo esposo solo, tiene su lógica, después de tantos años ya no saben vivir el uno sin el otro, luego también pensó que si mi hermano se licencia porque aprueba todo por fin, tenemos que estar aquí para celebrarlo, y en eso tiene razón.

Yo, si me fuera tengo la enorme tarea de llenarle la nevera al Avelino de tuppers con buenos manjares porque si no me lo veo todos los días comiendo en casa de su mamá, y luego tengo que recoger y ordenar mi casa que es una cosa ya importante de la que tengo que hacerme cargo.

Así que tal cual pensé en escaparnos para ir de tiendas sin que nos molesten para irnos las dos a desconectar, a perdernos por ahí, se me fue yendo la idea porque me salió el sentido de la responsabilidad.

Por otro lado echo de menos esa relación materno filial que al vivir separadas es menos fluida que antes. esas tardes de compras, esas salidas madre - hija, esas conversaciones, que cada vez parecen más las de dos marujas, los abrazos estrujantes que secan cualquier lágrima.

Todo lo que hace una madre por su hija que es mucho.

1 comentario:

Ajovin dijo...

Si, la relación madre/hija es fabulosa e insuperable. De eso saben mucho los que no la tienen.
Y es cierto que no la aprovechamos todo lo que deberíamos, pues la vida nos marca obligaciones y nos cambia los rumbos. Es ley de vida.
Por eso los minutos que SI se pueden disfrutar hay que hacerlo a tope, para no perderlos, pues la vida nos va desplazando.
Es como la historia de los patitos, que se tiene que hacer grandes y adultos a base de que la madre los empuje hasta el agua del río. Sólo si saben nadar por si solos, son adultos y no se mueren. Es muy duro, pero es inevitalbd. Es lay de vida. Puta vida, si, pero inevitable.