Ayer estuvimos de viaje por el Pirineo. Pasamos calor, pues eso de que por esas tierras hace frio debe ser en enero cuando está todo nevado.
Agosto es caluroso vayas a donde vayas.
Paseamos por Jaca, después de dar mil vueltas para aparcar, a una calle que es de las pocas por las que se puede circular con coche pues el centro es peatonal. Muy bonito eso sí, y con mesones donde se come de cine.
Luego nos fuimos a Francia en busca de una tienda donde comprar algo de comida para traer a España y con 37 grados como machotes nos hicimos un buen viaje hasta Olorón en busca de sopas raras y galletas, los chocolates y los quesos se nos hubieran derretido.
De vuelta a Zaragoza paramos en la estación de Canfranc, donde un tren regional nos recuerda que por esas vías de la imagen un día circualaron trenes que esperamos en un futuro nos enlacen con Francia. Hoy en día ese tren es un reclamo turístico donde la gente se hace fotos.
Vimos mucho monte verde, y vacas en los prados, vimos peregrinos, y mucha gente paseando en bicicleta que nos hace sentir como bichos raros a los que vamos en coche.
Salimos de la gran ciudad, nos relajamos, desconectamos de todo y volvimos ya de noche con más ganas de descansar que si hubiéramos trabajado, pero habiendo disfrutado mucho más.
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