viernes, 21 de mayo de 2010

Soria



Ayer estuvimos de viaje en Soria. ¡Qué recuerdos! recuerdos de niñez, de familia, de buenos veranos.

Vimos casi todo lo que queríamos ver, sólo nos dejamos San Saturio, pues la idea de caminar 2 kilómetros a las 6 de la tarde, agotados y con un calor propio de agosto, nos hizo desistir.

Pero vengo, yo al menos, con el buen sabor de boca de haber sido capaz de encontrar las casas donde veraneaban mis abuelos.
Vimos también un par de iglesias, el rastro, que se celebra los jueves, el parque, que está muy bien cuidado, el Parador, donde la vista aérea de la ciudad no tiene desperdicio y la tumba de la mujer de Machado, que se encuentra cerca del olmo de la foto, el famosos olmo seco del poema.

Fue un día para recordar, para perdernos por el camino, para desconectar de la gran ciudad, para traer dulces típicos que aquí no se venden.
Tienen todo muy bien ciudado, y un poco mal señalizada la salida de la ciudad, (debe de ser para que no te vayas).

Es una ciudad pequeña con encanto, y con unas viandas exquisitas para quienes gusten de comer productos derivados del cerdo, a mí ayer en el super se me hacía la boca agua.
Pero sólo me traje dos tarros de mantequilla dulce y un par de tortas, que son un buen recuerdo porque se pegan a la barriga de buena manera.

2 comentarios:

Medranica dijo...

¿Calor en Soria? pero si Soria es muy freco, por eso va la gente a veranear alli, o sera todo un cuento chino, para que vaya turismo.

Jes dijo...

Hay que reconocer que los 24ºC nos "acojonaron", pero cuando llegas a Zaragoza te das cuenta que no has estado tan mal.

Las vistas desde el parador son preciosas, y la vegetación que tiene la zona es de lo mejor, pero para mi Soria se ve mejor desde el mirón.