viernes, 31 de diciembre de 2010

Fin de año


Hoy acaba este año 2010, y os aseguro que nada me apetecía más que ponerle in a este período de 365 días.

2010 puede pasar a la historia como el año en el que mis padres volvieron a nacer, el año que convertí en sabático, el año del tranvía en Zaragoza, el año de la crisis, el de los despidos a masivos, pueden ser muchas las cosas que recordemos de estos doce meses.

Pero para mí es el año en el que mis padres estuvieron a punto de perder la vida en un accidente de coche y eso me ha enseñado a valorarlos y quererlos aun más, si cabe.
Será también el año en el que no he trabajado ni un solo día, y no será por falta de intentos, el año en el que he engordado al menos 10 kilos, el año en el que perdía una semana la visión.

Es también el año del despido a mi padre y a otras personas a las que aprecio, que tal vez ya no encontrarán trabajo, el año en el que no he podido cobrar el paro, y las oficinas el INAEM estaban siempre llenas de gente.

El año en el que hice un año viviendo con mi pareja, sacando mes a mes los gastos, pero disfrutando de viajes, de cenas y de nuestra compañía que es importante, un tiempo en el que he descubierto amigos, gente para compartir momentos y vivencias.

No será muy difícil que 2011 sea mejor, hace falta un poco de ilusión, de paciencia, de amor, y de fuerza para seguir adelante. Hacen falta deseos y propósitos que cumplir y metas que queramos alcanzar, apenas nos quedan 15 horas para tomar las 12 uvas y que todo quede en nada, en un intento de mejorar que en parte, creo, hemos conseguido.

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