Quedan pocas horas para decir adiós a los pilares de 2010.
Unos pilares que podrían haber pasado inadvertidos para mí, de no ser por los actos centrales en los que he tomado parte.
El mal tiempo, y las horas extras de trabajo de mi Avelino han propiciado que hayamos pasado más horas descansando en casa que de juerga por la calle.
Las vaquillas, las jotas, y el ambiente de la calle los hemos visto por la tele, porque nos da pereza salir de casa para lo único que nos hemos movido es para ver los fuegos que se prenden y en un cuarto de hora puedes estar en casa.
Esta noche tras media hora de traca y fuegos artificiales, todo volverá a la normalidad, si bien podríamos decir que apenas la ciudad ha notado la fiesta.
De la semana de
Y aquí en Zaragoza la fiesta se vive en Interpeñas, en el casco viejo, o en las ferias, pero poco más.
Y los conciertos a las 22 horas son para los que no trabajan al día siguiente.
En fin, no nos pensemos que estoy de mal humor, sólo es la nostalgia de que se acaban las fiestas, y me hubiera gustado disfrutarlas más pero no ha podido ser.
Lo que se ha visto y hecho ahí se queda en la retina y en las 500 fotos que tengo, y lo que no ha podido ser pues para otra vez será.
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