A los ángeles de la guarda

Hoy miro al cielo y veo a los cuatro ángeles que salvaron la vida de mis padres cuando el accidente.
Miro, sabiendo lo que me voy a encontrar y recordando a mis cuatro abuelos.

Sabiendo que hace doce años nos dejaste tú, Pilar que dió la vida, que ponía el transistor para dormir, que nos hacía unas paellas, y unas menestras de domingo para chuparse los dedos.

Hace unos días estuve viéndote en el último punto donde te dejé cuando te dije adiós y en tu memoria y en la de tu compañero de vida lucían flores naranjas y blancas, y aunque a oscuras pude saber que estabas ahí.
Y ya me encargué también como antaño y a pesar de la lluvia de llevar unas flores en recuerdo de tu memoria a nuestra Pilarica, y mirando al cielo un año más, no pude contener la emoción.

A mí me dicen que me parezco a tí, mi madre cuando me mira dice que somos casi iguales, cosas de la genética le digo yo, sabiendo que eso es bueno.

Todos te recordamos hoy de una manera u otra, a tí y a todos los que ya nos faltan, porque el recuerdo mientas se mantiene hace que esteís vivos en la mente de todos nosotros.