viernes, 8 de octubre de 2010

La importancia de los demás para vencer la ansiedad


A veces te das cuenta de lo importante que es escuchar a los demás, empatizar, mirarles a los ojos e intentar entenderles, sólo con dedicarles un par de minutos.

¿Pero resulta tan difícil?.
Simplemente porque a veces no queremos ver lo que tenemos delante porque no nos gusta el color que tiene.

Yo creo que para algunas cosas es muy complejo entender lo que se esconde tras la mente de las personas, es un deber muy arduo sumergirse en la cabeza de una persona sobretodo si es como la mía de dura, y entender porque a veces llora sin motivo, o porque tiene miedo a algo que las personas por lo general no le tienen.

No nos damos cuenta de que la frase más simple puede hacer llorar, puede poner a la gente en una situación nerviosa de terror, por algo que ha vivido antes. Pero de eso no nos damos cuenta como digo, porque aquel que vierte las palabras no ha vivido lo mismo.

Por eso es muy difícil hacer empatía, o tener empatía, aunque en mi opinión y habiendo vivido algunas experiencias los que están cerca de la persona con problemas deberían entenderla sólo por lo que saben que ha vivido.

Pero no, nos pensamos que lo mejor es subir el listón, apretarle las tuercas, exprimirle como a un limón, haber si reacciona, y no todos somos iguales.

¡Qué más quisieran aquellas personas con miedos, con ansiedad, con ganas de tirar todo por la borda, que poder vender a todo y superarse! Precisamente necesitamos de los demás para volver a querernos como antes, para curar heridas, para creernos que somos capaces de vencer al monstruo.

2 comentarios:

Jes dijo...

Es cierto, que nos cuesta tener empatía. Resulta difícil comprender unos problemas que anteriormente no se han vivido.
A veces, es mejor escuchar, ponerte en el lugar de esa persona.
Pero lo difícil es empatizar con el carácter, porque tendemos a pensar lo que uno mismo haría.

Ajovin dijo...

Para salir de las ansiedades hay que cambiar el concepto de relación con los demás.
No todos son malos.
Hya que saber escuchar.
Hay que dejar que los otros hablen y escuchar.
Hay que guardar silencio y no estar acelarado todo el tiempo.
Y hay que ttener asertividad.
Busca esa palabra y aplícala con calma, con tranquilidad. Tan malo es no tener asertividad como no saberla tener o tenerla en exceso.