Ofrenda de frutos, Rosario de Cristal, y señoras impertinentes

Ayer era para mí el segundo día importante de las fiestas.
Pues concentra dos de los actos que mas gente atrae, y en los que más gente participa.

Por la mañana las casas regionales y algunos pueblos y asociaciones de Aragón. llevaron a la Basílica del Pilar alimentos que luego se reparten entre residencias de personas necesitadas y ancianos.

Es un desfile colorista con bailes, diversidad de trajes y en el que haces hambre pues ves pasar verduras, panes, chorizos, ristras de ajos, toneles de vino... vamos lo mejor de cada tierra.

Ahora eso sí, señoras impertinentes, de esas que llegan tarde pero quieren sitio en primera fila siempre hay. ¡ Claro es que se nos ha puesto esta moza tan ancha y alta que no nos deja ver! ¿es a mí? les dije. Hombre pues sí porque nos tapas todo el panorama con lo gruesa que eres. Oiga pues haber llegado antes les dije yo que llevaba media hora esperando.

Luego otra señora con prisas, me pidio paso por mitad del paseo y como iba yo con mi ipod no la oi, y me apartó para pasar y para decirme que apagara el cacharro. ¡ Nos ha jorobado, como si no pudiera ir yo por la calle como quiera! Mientras no moleste a nadie...

Bueno pues eso. Luego por la tarde, fervor y devoción se unen en el Rosario de Cristal cuyas carrozas llenan de luz la noche zaragozana. Ataviada con mi traje regional, salimos pasadas las ocho de la tarde, a mí me tocó delante una señora que iba perdiendo el mantón, y "barriendo" la calle de hojas, luego la mujer ya casi no podía andar y la adelantamos.

Ayer terminé agotada, con heridas en los pies y con las medias del traje teñidas de azul, pero mereció la pena. La fiesta además de juerga, es muchas veces un compendio de tradiciones, que se celebran desde hace años y en las que cada vez participa más gente.